I can't with this pain

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Me pongo su poleron plomo, ese que siempre le gustaba usar para hacer nuestras noches de maratones, ese que siempre le gustaba usar para salir a caminar al parque cercano a casa.

—¿Estas mejor? —mi tía se asoma en la entrada de la habitación.

—¿Se puede estar mejor? —intento esbozar una sonrisa.

Ella deja escapar un poco de aire e ingresa en el lugar. Sus ojos se dirigen a cada detalle de su habitación. El color azul, sus medallas, sus pelotas de voleibol. De pronto, estos recaen en mí.

—Saldremos en una media hora. Amparo se ha descompensado —se limita a decir.

—¿Qué ha pasado? —pregunto preocupada.

—Se ha descontrolado, como tú hace un rato —baja su mirada. Yo asiento.— no está siendo fácil para nadie —guardo silencio.— descansa un momento ¿si? vendré por ti cuando nos vayamos.

—Gracias, tía —musito.

Su cuerpo da media vuelta, y tal como se encontraba frente a mí, con su cabeza cabizbaja se retira de la habitación de Esteban.

Lentamente tomo asiento en la cama de mi hermano. Lo primero que llega a mis ojos es la foto en su velador. En ella se encuentra con Milo en la entrada del cine al lado del cartel que promocionaba endgame. La tomo entre mis manos con cuidado.

—Traidor...

Recuerdo que para el estreno tuve que irme a un retiro por mi grupo de gimnasia y él decidió romper la promesa de esperarme. El recordar su rostro al intentar darme explicaciones me hace reír. "La próxima película la veremos en una premier, tú novio Tom holland nos ayudará con eso". Mi sonrisa se desvanece, con mi pulgar acaricio el cuerpo de mi hermano. Esto no puede estar pasando, esto no es justo. Vuelvo a quebrarme, mi cuerpo se debilita y me recuesto en su cama abrazando la foto.

¿Esto se detendrá en algún momento? ¿Las lágrimas? ¿El dolor? Pienso en él. Nada traerá de vuelta a mi hermano, pero al menos sus brazos me traerían de vuelta a mí.

Tom

—Ya están aquí —miro tras la ventana la figura de mamá y papá.

—No me dejes con ellos —presiona mi mano.

—¡Sam! —le regaño.— son papá y mamá.

—Lo sé —responde.— pero no dejan de besar mi frente.

—Eres un idiota —rio por lo bajo.— pensamos que ibas a morir, créeme que eso es lo mínimo que pueden hacer.

—Aún puedo hacerlo. Sigo en el hospital.

Frunzo el ceño, molesto.

—Mala broma —murmura.

—Pésima.

—Bien, la cagué. Puedes dejarme con ellos —comenta resignado.

—Cuando estés bien —me pongo de pie.— extrañarás su atención —me acerco y beso su frente.

—¡Tom! —espeta molesto. Suelto una carcajada.

—Te veo más tarde.

—Si vas a besar mi frente de nuevo, no gracias.

Vuelvo a reír, pero esta vez me muevo hacia la salida de la habitación. Una vez salgo mamá me sonríe.

—Todo para ustedes.

Papá asiente, e ingresa para encontrarse con Sam. No así mamá, quien se queda de pie frente a mí.

—Gracias, cariño —corta nuestra distancia y besa mi mejilla.— ¿Le has avisado a _______ el estado de Sam? no la he visto.

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora