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Eileen bajó con prisa las escaleras hasta llegar al primer piso, su padre le siguió con rapidez y le trató de detener pero fue imposible.—¡Suéltame!—Gritó, Eileen logró entrar al comedor en el que su madre y Severus se hallaban.

Elena saltó de su asiento al ver el rostro enrojecido de su hija.

—¡Me traicionaste!—Gritó a su madre, Elena bajó la vista al ser incapaz de verle fijamente al rostro.—¡Me traicionaste y...! ¡Jamás esperé esto de tu parte, mamá!—Eileen soltó un sollozo, Desmond impidió que sé acercará más.

Elena tragó ruidoso, Severus en cambió observó a la mujer sin entender que sucedía.

—¡Severus!—Gritó la mujer pelinegra tratando de acercarse más pero su padre le detuvo.—Sev, mi amor. No me hagas esto ¿Sí? Sé que tienes que recordarme. Por favor, por favor.

—¿Mamá?—Severus alzó su rostro para observar a Elena, la mujer tragó ruidoso al ver la confusión en su rostro.—¿Mamá? ¿Por qué ella..?—repitió.

Eileen sollozo con más fuerza. Desmond trató de sacarla del comedor pero la pelinegra sacó su varita y le apuntó.—R-regrésamelo..—La voz de súplica se escuchó con dolor.—regrésame a mi hijo, por favor.—Las lágrimas caían sin control, la varita de Eileen chispoteo con fuerza.—M-me iré de a-aquí y no regresare jamás.

Desmond tragó ruidoso, estaba desarmado pero..—Serénate, Eileen. Podemos hablar con mas calma.—Le pidió.

—¡TE ROBASTE A MI HIJO! ¡¿C-Como pretendes que me calme?!—Gritó a su padre para luego regresar su vista a su madre.—M-mi mamá, mi mamá, la persona en la que mas creí que podía confiar, me ha traicionado.

Elena respiró profundo.—H-hablemos en otro lugar ¿Si? No frente al niño, por favor..—Murmuró cómo súplica, el elfo ya estaba preparando el tocino que deseaba comer Severus.—Lo hablaremos calmadamente y...

—¡No hay nada que hablar!—El gritó que dio la pelinegra pareció hacer temblar la mansión.—Me iré de esta casa hoy..—Las lágrimas bajan con furia.

Eileen sin dejar de apuntar a su padre dio varios pasos para acercarse a éste pero Desmond trató de arrebatarle la varita, un forcejeo se creó entre ambos.—¡Stupefy!—la pelinegra gritó, y sin saber si ella recibiría el golpe, el hechizo perturbador se generó.

Desmond salió volando por los aires hasta golpearse con fuerza en el suelo, Elena soltó un gritó, trató de auxiliar a su esposo pero ni siquiera alcanzó a dar cinco pasos cuándo un desmaius la golpeo.

Severus pareció palidecer, la mujer de cabello hasta el cuello se acercó a él pero logró retroceder.—¡¿M-mamá?!—Gritó temeroso al ver a la mujer, que para él era una desconocida, acercarse.—¡¿Mami?!—llamó a Elena, Severus se metió bajo la mesa para salir al otro lado de esta al tener a Eileen frente a él.—¡¿Papá?!—Llamó a Desmond mientras trataba de alejarse de Eileen pero fue imposible.

La mano fuerte de Eileen le sujetó por uno de sus brazos, los ojos negros de la mujer estaban enrojecidos.—Nos iremos de aquí..—Murmuró, jaloneo al pequeño pero Severus comenzó a sollozar.

—¡Papá! ¡Papá! N-NO.. Suéltame.. ¡Papá! ¡Papá!—Severus gritó con fuerza al sentir cómo era arrastrado lejos de sus padres, opuso resistencia y pisoteo el pie de Eileen con fuerza para poder soltarse más no lo logró.—No quiero.. ¡No quiero! ¡¿Papá?! ¡¿Papá?!

Desmond gruño, su cabeza daba vueltas, y aunque trató de colocarse de pie fue imposible.—¡Suéltalo!—Le gritó.

Eileen sollozo levemente.—Cálmate, mi amor. Por favor. Por favor. Me recordaras dentro de poco ¿Si?—Murmuró, con dificultad logró llegar hasta la chimenea pero Severus aún trataba de soltarse.—¡Quédate quieto, Severus!

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora