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James observó con curiosidad la habitación que se le había asignado, por suerte y sorpresa había descubierto que las habitaciones en Slytherin (o al menos la gran mayoría) eran individuales pero james habia logrado que el prefecto les asignará una doble junto a Severus ¡Compartiría habitación con su prometido hasta que se graduaran de Hogwarts! Aun así, eran elegantes y sencillas aunque estaba seguro que las de Gryffindor era mas coloridas pero bueno..—¡OHHHH!—James corrió y observó una ventanilla circulas que estaba recubierta con un grueso vidrio, había agua tras ella.—¿Es el lago negro?

—Posiblemente.—Severus se desplomó sobre la cama que habia escogido como suya.—Ah.. quiero dormir, creo que comí demasiado.

James río burloso.—Severus, si solo haces suspirar mientras comías, pero lo entiendo ¡La comida estaba buenísima! Bastante deliciosa, aunque no tanto como la de mi mamá.

Severus río y la tiró una almohada a James, el ahora Slytherin la esquivó y la tiró otra a su compañero. Una guerra de almohadas comenzó de la nada, James cayo al tropezar con una y Severus lo tomó como una victoria.—No esperaba nada de ti, y aún así me decepcionas.

James gruño, tomó el tobillo de Severus y le hizo caer sobre las almohadas, ambos rieron al ya estar en el suelo, ambos niño observaron el techo de color verde oscuro de su habitación.—Slytherin.. ¿Me volveré un mago tenebroso?

Severus rodó los ojos y ladeo el rostro para ver a James.—No digas estupideces, por favor, serás auror y yo profesor de pociones.

James río, observó los ojos de su amigo.—Y nos casaremos ¿No es así?

Las mejillas de Severus enrojecieron, observó el anillo de oro en sus dedos, James también tenia uno.—Posiblemente.—Murmuró algo nervioso, algunas veces olvidaba que James y él se casarían.—Pero.. bueno, éramos muy niños en ese entonces, cerdo, si te gusta alguna niña tienes que decírmelo.

James rodó los ojos esta vez.—Los Potter siempre cumplimos nuestras promesas, cuidado y te veo a ti con una niña, Severus.

—¿Y que pasa si me ves?—Preguntó retador pero sonriente.—¿Tendrán un duelo, James? ¿Por mi?—Severus río levemente.

—Sí. Ya sabes, no quiero que me quiten lo que es mío.

Severus jaló la oreja se James.—No soy un objeto, niño idiota.

James se quejo por el dolor pero observó la sonrisa de Severus mientras continuaban recostados sobre las almohadas. Su sonrisa le gustó, siempre le gustaba ver sonreír a Severus.—Lo sé, te quiero mucho ¿Lo sabes?

Severus asintió, mientras tapaba su rostro con una de las almohadas, antes era muy expresivo a la hora decirle a su madre o padre que los quería, podría gritarlo desde la escaleras para que se escuchará en toda la mansión pero... Ahora..—Yo también me quiero, James.

—¡Severus!—Se quejó James.

El pálido río, bajo levemente la almohada aun solo se podían ver su ojos, aunque era notable que estaba enrojecido.—También te quiero, idiota.

James sonrió, sintió algo de frío y tomo asiento.—¡Se me acaba de ocurrir una fantástica idea!

—¿Y esa sería? ¿Cómo hacer que los cerdos vuelen?

—Mejor que esa.—Se bufo el de lentes colocándose de pie.—¡Juntemos nuestras camas para que se convierta en una enorme!

Severus bufo.—¿Y me robes mi sabana mientras duermo? No gracias.

James se llevó su mano al pecho de forma dramática.—Que mal amigo, que mal esposo, moriré al poco día de casados, ya.. me duele el corazón.—James se dejo caer de forma trágica sobre la cama fingiendo estar muerto, Severus se acercó con almohada en mano y le tapo el rostro para presionar y fingir que lo ahogaba.

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora