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Dumbledore observó su reflejo en el enorme espejo que se hallaba en aquella habitación. Su caza de horcruxx se había vuelto mucho más complicada desde la vez que había encontrado el único se encontraba en su poder (Y que ya había sido destruido) su informante ¿Se podía decir que lo era? No le había revelado la información de los otros, sabía que Tom estaba bastante cauteloso con las partes de sus almas que aún existían.

 Hasta ahora, sólo sabía la ubicación de una y, ir solo a ese lugar era una gran declaración de no querer continuar respirando. Una cueva custodiada de esos seres: Inferis, sería un gran reto para cualquier mago, y a pesar de que tenía el apoyo de ojo loco, aún no estaba seguro de aquello.

Podía ir pero ¿Y si se encontraba con Tom? Dumbledore estaba seguro que podía vencer al mago tenebroso pero, no podía distraerse mientras existía la posibilidad de ser atacado por inferís.

Lo único que actualmente le acompañaban eran hipótesis y sospechas de quienes podían estar aliados a las filas de Tom.

Dumbledore respiró profundo y se dirigió a su chimenea, tal vez dar una visita rápida a Hogwarts le ayudaría en sus ideas.

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Severus se removió al sentirse apresado, el no moverse de forma libre sobre el lugar en el que dormía le hizo despertar de una larga noche de sueño. Se acomodó, quedando sentado sobre la cama, percibiendo que el lugar en el que se encontraba no era otro más que la habitación de su prometido.

<Seguimos con el culo intacto, ja, esto hay que celebrarlo>

Severus rodó los ojos al escuchar el cinismo en aquella voz, observó el cuerpo dormido aún lado suyo, Mulciber dormía tranquilamente sin dejarle escapar.—Oh.. Merlín.—el joven prínce recordó todo lo ocurrido la noche que pasó. Sus mejillas enrojecieron pero negó rápidamente, se libró del agarre de su novio, bajo de la cama y entró al pequeño baño de la habitación, lavo su rostro, y se observó así mismo en el espejo.

<Dios, odio verme al espejo, aunque no puedo negarlo, tengo lo mío ¿No es así?>

El joven rodó los ojos más sin embargo sonrió, salió del baño ya dispuesto a dejar la habitación, Mulciber había despertado.—Buenos días...

El joven de cabellos blancos se acercó a su joven prometido, le rodeó con sus brazos, aprisionándolo cariñosamente contra él.—Buenos días, príncipe ¿Dormiste bien?

Severus asintió..—Si. Aunque, bueno.. creo que es mejor que regrese a mi habitación , no quiero que Lucius noté que no pase la noche allí.

El slytherin beso le mejilla del más pálido.—¿Y que tiene que ver Malfoy?—preguntó buscando sus ojos.—Yo me haré de cualquier inconveniente, príncipe. No te asustes del por que dirán, de igual forma, falta poco para que estemos casados.

Severus asintió.—Si, aún así, no quiero que tengas problemas ¿Vale?—Murmuró.—Te veo en el desayuno.

Mulciber le acompañó hasta la salida, los pasillos aún estaban desérticos, beso sus labios.—Esta bien, haremos todo lo que tu quieras hoy, sev.

<¿Hacer lo que yo quiera?>

<No me des ideas, imbécil>

El joven se despidió de su novio, y se apresuró a acercarse hasta la puerta de su habitación, por suerte, no estaba muy alejada de la de su prometido, la abrió con cuidado, Lucius aún continuaba dormido, entró casi de puntillas, cerró la puerta lo más silencioso posible y, tomó asiento en su cama, totalmente arreglada y fría.

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora