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—Entonces.. ¿Aceptarías ir al baile conmigo?

Lily se sintió bastante extrañada de que James le preguntará tal cosa, la pelirroja no era ajena a los sentimientos y la relación secreta que James y Severus mantenían, aunque algunas semanas había Sido testigo de la gran distancia que estos se había impuesto.—He.. bueno ¿Si?—Respondió, siempre iba en grupo junto a Sirius y Remus, ya que eran muy pocos los chicos que se interesaban en ella.

No por ser fea, si bien Lily no era de dejarse llevar por las apariencias era consiente que era bastante atractiva pero muchos evitaban tener alguna especie de amistad con ella por ser “impura”

James asintió y se acomodo los lentes, el baile sería dentro de dos días.—Gracias.

—James.. ¿Está todo bien? Sabes que puedes confiar en mi ¿Verdad?—Murmuro Lily tratando de darle la seguridad para abrirse a ella.—¿Ocurrió algo entre Severus y tú?

El Potter no entró en detalles, ni siquiera confirmó o negó la situación, las últimas semanas habían sido las más difíciles de su vida. Estar lejos de Severus, era una tortura y más aún al verlo cerca de ese imbécil.—Estoy bien.

Lily no quedo muy segura de aquella respuesta, hablar con Severus era algo difícil al este estar rodeado de sangre puras pero buscaría una forma de hablar con él a solas.—Vale, entonces.. gracias por invitarme, James. No soy la mejor bailarina pero me esforzaré.

El joven de ojos chocolate sonrió, se despidió de Lily y dio un recorrido hasta la biblioteca, tenía unos cuantos escritos que entregar el día mañana así que no podía perder el tiempo en charlas. Las mesas estaban casi en su totalidad ocupadas, y la única con un puesto libre era una pequeña en la cuál se encontraba el hermano menor de Sirius, Regulus Black.

El chico de cuarto año le perforó con la mirada al tomar asiento sin siquiera preguntarle.—Potter.

James se peinó el cabello hacia atrás, se acomodó los lentes y abrió el libro que necesitaba.—Se que no te agradó, pero es el único lugar disponible.

Regulus rodó los ojos, observó el semblante bastante destruido del de lentes.—Te ves fatal, Potter ¿Acaso te caíste de la escoba?

—No quiero hablar contigo, Black, se que eres amiguito del estúpido de Mulciber y como sabrás, no es mi persona favorita ¿Verdad?

El ojos negros enarco una ceja.—¿Amigó? Potter, los amigos son pocos, los conocidos son muchos, Mulciber solo entra en la última categoría.—Siseó.—Solo me juntó con él por algunas propuestas interesantes.

James se mordió los labios al escuchar aquello último, sabía muy bien a lo que se refería. Escucho la voz de Severus hacer eco en su cabeza al este informaré que ese cretino era un seguidor de aquel loco, pero… aunque deseaba mandar una maldita carta al ministerio o al mismísimo Dumbledore, no lo haría. Le había dado su palabra a Severus, si Mulciber caía, también lo haría el señor Desmond y definitivamente no quería que el pelilargo lo odiara.—No cometas un error, Black, no todo lo que brilla es oro.

El joven le observó con atención.—¿Lo sabes entonces?

James asintió, evitando dar detalles.—Piensa en Sirius y tu madre, en Kreacher.

Regulus río por lo último.—¿Qué tiene que ver un elfo doméstico en esto?

James suspiró.—Que es importante para ti y, no creó que las ideas de ese loco sean las más acertadas.

El Black frunció el ceño levemente.—Ni siquiera puedes mantener su vida en orden ¿Por qué crees que voy a seguir tus consejos?

—Por que tienes miedo, Regulus, eres consiente de que Sirius y tu madre no están en los mejores termino, ella odia el hecho de que haya quedado en Gryffindor y sé que tú no odias a tu hermano, pero tampoco quieres decepcionar a tu madre.

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora