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Severus soltó una risita luego de que Mulciber murmurara un par de cosas en su oído. Uno de los brazos del estudiante de séptimo año se hallaba enroscado en la cintura de su prometido mientras que con su mano libre ingería sus alimentos.

James se mordió con fuerza los labios al notar el pequeño espectáculo que transcurría frente a él, decidió acelerar sus bocados y así, comer de la forma más rápida posible para retirarse y encerrarse en su habitación.

Por otro lado Mulciber se sentía en el jodido cielo, no entendía que había ocurrido con Severus pero ahora, su prometido estaba prestándole más atención de lo usual y aquello le encantaba.—¿Te gustaría salir al jardín cuando terminemos aquí, príncipe?—Pregunto, la tarde había Sido fantástica no solo por los toques y los besos, si no por la compañía de su prometido, Mulciber sentía que estaba flotando sobre las putas nubes.

Severus asintió, percibió los labios de Mulciber en su cuello y luego le escuchó susurras un par de cosas más en su odio sobre las actividades que tenía preparadas.  El pelinegro rio nuevamente, la verdad actuar tan pasivamente como su (otro) yo era difícil para él, y aunque estaba esforzándose sabía que estaba no lo estaba haciendo bien, incluso Lucius le miraba como si le hubiera salido un tercer ojo.

Un Slytherin  del mismo de Mulciber se acercó a ellos, susurrando esta vez en el oído del blanco algo que fue incluso difícil de escuchar para él.

—Regreso en cinco minutos ¿Vale?—Murmuro el mayor y Severus asintió.

El joven pelinegro suspiró finalmente y decidió ver el rostro que tenía frente a él, aunque al otro lado de la mesa. Potter estaba rojo de la ira, Severus posó su codo sobre la mesa y dejo descansar su cabeza sobre su mano.—¿Acaso tienes fiebre, James?

La mirada asesina que el mencionado le mando, hizo sonreír al Prince, Henry y Eugene estuvieron a punto de atragantarse.—Ya hemos terminado aquí, James ¿ Nos acompañas a hacer los deberes?

James asintió, se colocó de pie dejando casi la mitad de su plato a medio comer, marchándose junto al par de chicos.

Eugene observó el semblante molesto, triste y decepcionado del joven de lentes, se mantuvieron en silencio al llegar a las mazmorras y continúo así por media hora hasta que el pelo largo decidió acabar con tal silencio.—¿Te encuentras bien?

James resoplo, se quitó los lentes bajo la atenta mirada de Henry, y se peino el cabello hacia atrás.—Yo…—La voz del Potter tembló.—No sé que hacer, me siento como un total estúpido.

—¿Es por lo de Severus?—Pregunto Henry.

James asintió.—Se que.. no tendo derecho a sentirme así, se que ese bastardo y Severus están comprometidos, que se casarán pero.. simplemente no puedo imaginarlo, Severus siempre evita el tema y hoy.. hoy está con ese bastardo como si nada, como si yo no le importa.—Los ojos achocolatados se humedecieron.—Mis sentimientos son claros y se que los suyos también, se que cuando el me dice que me ama no me estaba mintiendo pero…  No sé ¿Vale? No lo sé.

Henry suspiró, de acercó al Potter y le dio un par de palmadas en la espalda.—Puedes intentar hablar con él,  se que eres consiente de tu posición, y de que bueno.. Mulciber es legalmente aceptado.

—La madre de Severus odia a ese bastardo, estoy seguro que sí yo.. que sí yo hablo con el señor Desmond y le demuestro que mis intenciones son verdaderas, me dejara estar con Severus y no seguir con esta estupidez.—James se limpio un par de lágrimas que se negaron a rodar por sus mejillas.

Henry observó a su hermano, esperando que este dijera algo que pudiera apoyar al Potter.

—Lo único que te debe importar es lo que siente Severus, James.—Murmuro el joven acercándose a él.—Algunas veces.. las personas están juntas no por gusto propio si no por la obligación que está tras eso.

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora