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James llevo una taza de café con leche hasta sus labios, su hambre era enorme aún así, se mesuro a la hora de comer, con el tiempo había aprendido el arte del buen comer como todo slytherin. Ante todo era la maldita elegancia que los caracterizaba, y aunque a él no le importaba seguir tales reglas, gozaba de cierta popularidad al ser parte del equipo de Quiddicth y se veía en la penosa obligación de ser un ejemplo para los otros.

Mulciber, apareció con una sonrisa de oreja, tomó asiento frente a él y suspiró contento. Los ojos color miel estaban brillosos.—Merlín, Potter, buenos días ¿Dormiste bien?—Preguntó.

El joven bufo.—No quiero arruinar mi mañana por ti, pero si te interesa, si dormí bien.—le contestó.—Soñar con Severus siempre será algo que me hará gozar de gran manera.

Mulciber río ante tal frase, se sirvió una taza con el mismo contenido del joven al otro lado de la mesa en la que se encontraba.—Al menos tu sueñas, Potter.—susurró.—Pero yo tengo al real, y Merlín, si te contará...--Sonrió.—La noche de ayer no fue un sueño.

James hizo lo posible en ignorar tal comentario. Llevo un panecillo a su boca. Severus se apareció segundos después junto a Malfoy y su prometida.

—Buenos días..—expresó tomando asiento aun lado del peliblanco.

Mulciber sonrió, bajo su rostro y beso sus labios, para luego vea se su mejilla y cuello.—Ya nos dijimos buenos días.—susurró.—¿Ya pensaste en que quieres hacer hoy?—Preguntó.

Severus se colocó un mechón tras su oreja, asintió levemente mientras observaba de reojo a James, estaba molesto, así que no era difícil adivinar el hecho que Mulciber había hablado de más.—el profesor Slurghon me comentó que en los límites del Castillo con el bosque prohibido crecen una especie de hongo que es capaz de ayudar a deshacer cualquier maleficio o barrera, e incluso a evitar que en un futuro te veas afectado por ellos, y creo que sería una buena idea probarlos.

Mulciber enarco una ceja, si en algún momento le hablaron de estos, no fue capaz de recordarlos.—¿Y si son seguros?

Severus asintió, llevo un panecillo a su boca, mastico y tragó con prisa.—Si, lo son, incluso se dan en zonas muggles y ellos se alimentan de estos, creo que sería interesante probar algo nuevo.

Mulciber se lo pensó, y finalmente asintió.—esta bien príncipe, iremos a buscar esos hongos.—Murmuró.

Los gemelos se hicieron de igual forma presentes, se notaban algo nerviosos y preocupados, aún así, no comentaron nada al respecto.—Buenos días.

James asintió, ambos tomaron asiento aun lado del Potter y comieron en silencio.—Pensé que irían a recoger mi cuerpo en el campo de Quiddicth.—expresó.—Me fallaron.

Henry rio levemente, disculpándose con la mirada.—Lo siento, es que... nos surgió algo pero, en el próximo llevaremos un par de palas y darte un funeral digno.

—Conveniente, me gusta.—James terminó su café, la verdad estaba cansado pero, tampoco quería quedarse encerrado en su habitación aquel día.—¿Qué planean hacer hoy?

Henry observó a Eugene y este, frunció al ceño al ver como su hermano se excusaba con la mirada.—He.. adelantar los deberes, y eso.. ¿quieres unírtenos?—Preguntó, y casi suplico esperando una respuesta negativa más James no se la dio.

El Potter asintió.—Necesito algo de ayuda, la verdad.

Mulciber rodó los ojos terminó de desayunar, y espero a que Severus lo hiciera para marcharse juntos. El joven prínce observó a James y se despidió con un gesto de este al ser acompañado por su novio.

El futuro en el pasado I - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora