Capítulo 70

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Mis ojos tardan en adaptarse al cambio de luz, pero cuando dejo de estar deslumbrada por los rayos del sol que están a punto de ocultarse, me permito sentir la sensación del sol, el viento y las hierba bajo mis pies.

Mientras siento el calor rozar mis mejillas de los últimos rayos y el viento acaricia no solo mi cuerpo sino también mi alma, no puedo evitar soltar un largo suspiro.

He sobrevivido a la muerte más de una sola vez y estoy realmente feliz de estar viva de algún modo. Pero de alguna manera siento que algo falta.

Una parte de mi... una parte de mi alma, se ha ido para siempre. Una parte de la que aún no estaba lista para dejar ir.

Me he perdido y encontrado de muchas maneras a lo largo de este viaje. He perdido no solo personas sino también lugares y un hogar para llegar a donde nos encontramos ahora Henry y yo que realmente no sé dónde es.

Todo está lucha nos ha traído hasta este momento, pero, ¿a qué costo?

¿Qué ha significado realmente toda este sacrificio para los dos?

¿A qué costo hemos logrado obtener la salvación de todos? ¿A qué costo hemos logrado este pequeño pedazo de paz?

Si este es nuestro final, más teniendo en cuenta lo último que dije y seguro él me ha malentendido; si este es el último momento que podré tener con Henry... No quiero que termine jamás.

Quiero que sea eterno y al menos así podré fantasear con ello.

—Layla... —la voz de Henry me arrastra de mis pensamientos, pero antes de que pueda decir lo que sea que piense decir para acabar con esto, me adelanto a hablar.

—No me refería a ti cuando dije que ya no podía estar ahí. Quiero asegurarme de que lo entiendes. —mis palabras salen en un murmullo mientras trato de calmar mi pulso, y cuando me giro a verle, cuando mis ojos se bañan nuevamente de él, no puedo evitar mirarlo con lágrimas en los ojos—. No eres el único que tiene miedo en esta relación si podemos llamarle de algún modo a lo que sea que está sucediendo entre nosotros. Probablemente ni siquiera me amas y tienes miedo a decirlo por temor a romper mi corazón, porque no sabes... no sabes cómo hacerlo, o tal vez sí, pero tal vez no sea el amor que yo quiero y necesito, pero aún así si eso era lo que tratabas de evitar al alejarte de mi, déjame decirte que estás totalmente equivocado porque ya lo has hecho.

—¿Qué? ¿Eso es lo que piensas que estuve o estoy haciendo en estos momentos? Joder. No. —gruñe, y el sonido de exasperación que suelta, me sorprende—. Yo... A lo largo de mi existencia, nadie me ha amado. No realmente. Todos nos temen por ser un compañero de la muerte. Nadie ama a un dios rodeado de ella, Layla. Lo aprendí de la peor manera a lo largo de mis siglos. La única que pareció hacerlo fue mi madre y ella nos dejó. La mayoría de las personas, dioses y mortales me temen, pero jamás me aman ni mucho menos me adoran. Ellos piensan que por ser compañeros de la muerte, por ser quienes la guían y la llevan en todo momento y paso, nuestro corazón es oscuro y duro, pero se equivocan. Nuestros corazones, sea quien sea, dios, demonio, ángel... siente y es tan brillante y cálido como un amanecer. Tú haces que mi corazón sea cálido y brillante como el poder de mil soles y más. Eso es lo que tú me haces sentir, Layla. Y tengo miedo de que esté siendo cegado por mis sentimientos haciéndome creer que tu sientes lo mismo de algún modo porque tú amor no es algo que haya visto en todos mis siglos de existencia ni creo encontrar por segunda vez, pero no quiero dar ese paso aún. Me sucedió con Perséfone y no quiero... no estoy listo para que vuelva a suceder. Por eso debes estar segura de ellos, y yo debo estar seguro de que no se está repitiendo la misma historia porque quiero un futuro a tu lado, y creo que para poder lograrlo, debemos darnos tiempo para adaptarnos y descubrirnos. No nos conocimos como cualquier persona normal lo haría, no tuve la oportunidad... de cortejarte como me hubiera encantado. Te alejé lo mejor que pude desde el primer momento que nos encontramos, pero te metiste en mi piel de una manera impresionante. Nos vimos obligados a saltarnos muchos pasos, Layla. Demasiados y todo esto me tiene... ni siquiera puedo darle un nombre.

El secreto de los dioses [M. I #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora