Capítulo 13

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Termino de repasar mi maleta por lo que va siendo la quinta vez y cuando me vuelvo a asegurar de que llevo lo más esencial y lo único que le cabe, la cierro por fin.

—¿Layla? Ya han llegado por ti —escucho la voz de mi madre y al mirar el reloj de mi mesita de noche maldigo al ver que es correcto, son las 9:55.

Al parecer en verdad son muy puntuales. Y además, estoy muy segura que mi nuevo jefe ha tenido mucho que ver. Ayer todo en el gritaba PODER y CONTROL.

Termino de arreglarme lo más rápido posible y sin tiempo de retocar y peinar mi cabello, decido esconderlo bajo un gorro.
Este me servirá para mantenerlo a raya en lo que encuentro un momento para poder cambiarlo por un peinado decente, mientras tanto... es hora de tomar mis pantalones de niña grande, despedirme de mamá sin llorar, y tomar un avión a Rodas.

Bien, creo que puedo manejar esto.

Tomo mi bolso y mi maleta y cuando llego a la entrada veo a mi madre pálida y ojerosa.
Mis ojos se aguan al verla así, y cuando Flore aparece y me ve, niega repetidamente.

—No, no, no nada de llorar —niega, empujándome hacia la puerta—. Estaremos bien Layla. Mis cosas llegarán aquí en unas cuantas horas y así, tú madre no estará sola.

El chofer, un hombre entrecano me sonríe amablemente y tras tomar mis maletas, se aleja hacia el coche ultra caro y negro que me espera.

—Vamos, cariño, es hora de que vayas a seguir tu sueño —me apremia mi madre y tacho de mi lista el despedirme de mamá sin llorar—. Oh, cariño, no te pongas así.

Sus manos delgadas y delicadas acarician mis mejillas con cuidado y lentamente me limpia las lágrimas sin perder la sonrisa.

Para cuando logro soltarme de ella, el reloj ya marcan las 10:15.
Vi que mi boleto tenía marcada la salida a las 10:40 y se que con el tráfico y la distancia, nos vamos a llevar un buen tiempo en llegar, pero aún así, el chofer no se ve molesto con mi atraso.
Cada vez que mi mira, una sonrisa dulce se encuentra en su rostro y en verdad lo agradezco. En estos momentos siento que estoy a punto de quebrarme.

Por obra santa y bendita logro llegar a tiempo y soy la última en abordar.
Esperaba encontrarme un asiento en clase turista, pero cuando la sobrecargo me guía por los asientos a primera clase, mi sorpresa es desorbitante.
Sentarme entre ejecutivos y personas con el triple de mi salario adornando sus muñecas y dedos hacen que me sienta más desaliñada de lo que ya voy.

—El señor Blackburn dejó esto para usted señorita —la chica, una pelirroja y pícara por cómo mira a algunos hombres, me tiende un sobre negro con un broche puesto no sin antes darme una muy considerable expresión de interés y algo que noto es desagrado.

Vaya, vaya, al parecer alguien le ha echado el ojo a mi querido jefe.

Tras ajustar mi asiento y acomodar mis cosas de tal manera que no se caigan, decido atender el sobre.

Al abrirlo encuentro varios papeles por parte de la aerolínea y sus saludos cordiales ante la selección de esta, y tras pasar estos, encuentro un sobre y dos notas en papel negro.

La primera habla sobre el tiempo y el siguiente vuelo que tengo que tomar detalladamente, y la segunda nota me sorprende:

Dejo rápidamente la nota dentro del sobre y al abrir el sobre restante, veo que en verdad hay una tarjeta dentro con mi nombre en letras doradas y otro Ticket de primera clase

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Dejo rápidamente la nota dentro del sobre y al abrir el sobre restante, veo que en verdad hay una tarjeta dentro con mi nombre en letras doradas y otro Ticket de primera clase.

—¿Necesita algo más, señorita? —la pelirroja vuelve a aparecer y cuando se inclina hacia mi, veo que una placa pequeña y reluciente muestra su nombre: Amber.

Oh, así que la señorita entrometida se va a encargar de mi. Interesante.

—No, muchas gracias —niego, depositando las cosas nuevamente en su lugar para después guardarlas en mi mochila de viaje.

Tras acomodarme otro poco sobre mi asiento, estoy dispuesta a poner algo en mi pequeño reproductor, pero recuerdo que no tuve tiempo de arreglarme en cuento salí de casa y de seguro debo de verme terrible, así que decido ir al pequeño baño.
No podré traer todos los lujos que estas personas traen, pero al menos puedo verme un poco mejor.

El secreto de los dioses [M. I #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora