El secreto de los dioses [M. I #1] ✔️

Capítulo 57

Cuando dejé de ver al niño Jesús cada vez que mis ojos se cerraban y el ardor de mi espalda había dejado de ser un infierno andante, me obligué a levantarme.

Aquí no va a aparecería el magnífico caballero azul de armadura reluciente cada vez que la protagonista sufre algún problema y está a punto de terminar en el suelo a punto de morir.

Aquí no hay caballero azul de armadura reluciente.
Aquí hay un dios de la muerte, dueño y señor del inframundo que claramente, no va a venir.

Estoy sola en esto, así que no tengo otra opción por mucho que desee que Henry aparezca.

Además, sé que puedo parecer débil pero no lo soy. Habían picado mi orgullo, y nadie se mete con él.

¿Qué no soy suficiente para esto?

Pamplinas, podían tomar sus expectativas y metérselas por...

—Malditas diosas presuntuosas. —gruño avanzando, y cuando paso el árbol de las manzanas y el pequeño claro que me separa de lo demás, no puedo evitar ahogar un jadeo.

En verdad esto no es lo que creí que sería el inframundo.

Sí, hay montañas y árboles, pero todos son de un horrible color rojizo oscuro, podría ser sangre, no lo sé, pero sin duda alguna no hay ni un rastro de vida aquí y la parte del árbol y este... es sin duda alguna son dos caras de la moneda muy, pero muy diferentes.

Al ser un lugar de descanso creí que sería algo más... alegre.

La verdad no sé por dónde empezar. No veo algún camino o quiosco de ayuda que pueda servirme, y debo de estar en la parte equivocada de la entrada al inframundo, ya que no hay ninguna otra alma vagando cerca.
Así que no tengo más opción que simplemente ir a donde planeaba hacerlo desde un inicio: la enorme montaña que se alza en el centro.

No lo sé, toda ella parece gritar: "yo tengo las respuestas", pero vamos, sabemos que mis corazonadas no están bien. Tanto metafóricamente como literalmente. La verdad espero que lo que esté sintiendo en estos momentos sea un ataque cardíaco y no la premonición de algo terriblemente mal.
Aunque pensándolo bien, no suena para nada mal: "Murió de un ataque cardíaco en el inframundo" a "Murió entre las garras asquerosas de Persy, un perro-comadreja del inframundo por no correr rápido" suena mucho mejor en una lápida.

Aparte del paisaje, debo agradecer que el clima no sea ni frío a punto de la congelación ni caliente estilo "extra crujiente".

Aunque preferiría tomarme primero una buena copa de cianuro a decirlo, debo admitir que al ver el paisaje que se desarrolla ante mí y todo lo demás que puede existir a los alrededores como Persy, y si a todo esto le sumamos que me hayan privado de mi libertad para quedarme aquí..., Perse..., uhg, no. No vomites Layla, tú puedes hacerlo. Sólo... sólo dilo, Perse... Perséfone tiene un poco de razón al aburrirse como una ostra aquí.

Pero el que esto parezca la cosa más desoladora eso quiere decir que le da todo el derecho en el mundo de hacer lo que hizo. Esa no es una justificación para ser una perra insensible.
Puede que mis pensamientos sean un poco contradictorios, pero en parte la entiendo porque estoy justo aquí, sola, y no es una experiencia bonita, pero por otro lado si sumamos a Henry a la ecuación, este lugar no sería tan malo. Estoy segura de que él tiene varias cosas interesantes por aquí, y todo esto de gobernar... Sí, suena aterrador pero excitante el descubrir cómo funciona todo esto.
Y al escucharme, creo que mi cerebro ha quedado frito.

Voy pasando lo último que queda de zona verde en el lugar, y cuando el pasto pasa a ser una combinación entre marrón y rojo sangre, no puedo evitar suspirar.
Comienzo a moverme a paso rápido y al inicio vigilo mi alrededor pero después de varios minutos lo dejo de lado. Da lo mismo si lo hago o no, cualquiera puede verme y yo puedo verlo también.