Capítulo 54

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No tengo palabras para definir lo que siento.

Cuando por fin creí que las cosas estaban por fin tomando pies y cabeza, una enorme bola de demolición con la frase "Surprise bitch" en enormes letras rosa neón me golpea con fuerza.

—No lo entiendo, todo lo que creí haber descubierto de la profecía en las ruinas..., ¿es una mentira? —mi mente ha sufrido ya varios reseteos y aún no parece entender nada de lo que está sucediendo.

—Te estás dejando arrastrar. Debes calmarte hasta que los efectos del agua pasen, porque son tus miedos los que están hablando. Tú crees que no hay nada en las ruinas porque lo que encontraste ese día no te ha dado ni llevado a las respuestas que esperas. —dice y sus palabras tienen sentido—. Recuerda que los sentimientos tienen más poder de los que deberían poseer realmente, y eso incluye jugarnos una mala pasada en momentos de presión o desesperación.

—También escuché a Henry y a Morgan hablar de que fue una trampa el implantar la información en las ruinas. —Mason no me responde y al mirarle, veo que varios de los cortes y lastimadas ya son prácticamente inexistentes.

En cuanto deje de ser un hidrante de incendios averiado andante de agua sucia, nos pusimos en marcha.
Esta vez estoy sentada a mitad de la barca, muy, pero muy lejos del borde.

Y ahora que recuerdo lo que sucedió, entiendo porque me sentía enferma y prácticamente me desplomaba del miedo cuando me tocaba quedarme envuelta en agua.
No era más que mi subconsciente advirtiéndome de que estaba en peligro, no era más que el recuerdo del día en que me ahogué.

—No puedes crear nada de..., pues de la nada. Ni siquiera información de esa índole. De algún lugar debieron de sacarlo. Sólo debes encontrarlo muy bien. A lo mejor no interpretaste bien algo de ahí.

—¡Y sabía que era demasiado bueno y para ser cierto! —mentira.

La verdad estaba demasiado extasiada con todo ello como para siquiera ponerme a considerar si era verídico.
Mi sentido arácnido me falló.
Y al parecer me seguirá fallando.

—Bueno, sin duda alguna esto es malo. —susurro y cansada de estar encorvada sobre mis piernas, decido tenderme por toda la barca y mirar el cielo—. Al parecer estoy más dañada de lo que imaginamos. ¿Tienes alguna recomendación para hacerme? Ya sabes, no me gustaría morir más de lo que al parecer ya estoy en los primeros pasos que de en tierra firme.

—Nunca hagas tratos con nadie, absolutamente nadie, a menos que tu vida dependa de ello. —la advertencia sale más rápido de lo que imaginé.

Digo, esperaba, no lo sé, algo más de pensarlo.
Aunque sí, sé que suena absurdo, pero vamos, si le vas a advertir a alguien, debes de pensar muy bien sobre qué y cómo.

—¿Qué pasa si...?

—Ni siquiera se pregunta eso. Es simple: haces un trato, debes pagar. Y los favores que Nyx te dio no debes darlos a la ligera.

—Bien, no favores, creo que puedo lograrlo. ¿Qué más?

—No comas, bebas ni toques nada que no sea lo que vayas a buscar. ¿Si te caes? Lo siento, dulzura, pero tendrás que arruinar ese bonito rostro. Ahí la cosa más dulce y tierna pueda ser la que te lleve a la perdición.

—Bien. Lo tengo: no tocar, comer ni beber nada ni aunque el niño Jesús esté ahí. Pero no entiendo, ¿cómo podré encontrar el cofre, la fruta y el agua? ¡Oh! Eso es... eso entra en todo lo que no debo hacer. Inteligente.

—¿Ahora lo entiendes? Y sobre cómo encontrarlo, no te preocupes, lo encontrarás con facilidad. No todo es tan..., ortodoxo ahí.

—¿Algo más de lo que deba de cuidarle?

El secreto de los dioses [M. I #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora