Anoche ya era muy tarde para llamar a mi madre, y como el sueño tenía otros planes para mi y me desperté temprano, aproveché para ordenar un poco, pero no había nada que ordenar.
Apenas y había movido algunas cosas desde que llegué así que fue inútil.Esperé a que el reloj marcaran las 6:30 porque sé que a esa hora ella despierta para tomar sus pastillas, así que cuando fue el momento indicado, pude llamarla.
Y cuando escuché su voz por la bocina del teléfono, fue como si no estuviera a varios kilómetros de ella.
Bajo antes de lo previsto al comedor, y cuando entro a la cocina, me topo con el personal del servicio de ayer.
Alguno que otro me da una mirada curiosa, pero rápidamente quedo relegada a un segundo plano y me siento a gusto.
No sabría que responder si de pronto alguno decide acribillarme a preguntas.—El desayuno aún no está listo, señorita, ¿se le ofrece algo? —una mujer que se ve entrada en los treinta deja de cortar lo que parece ser carne y me mira pacientemente.
—Yo, bueno... —carraspeo y trago saliva—. Quería saber si tenían cereal.
Los que están cerca de nosotras y han alcanzado a escucharme se detienen y me miran de manera extraña y en verdad espero no haberlos ofendido.
—¿Cereal? —repite la mujer y su expresión no se ve tan severa como antes—. Señorita, ¿no le gustaría mejor esperar...?
—Layla —le interrumpo y me apresuro a aclarar—. Pueden llamarme Layla. Y sí, voy a desayunar en cuanto ustedes terminen, pero pienso salir a pasear y tengo... algo de hambre.
—Oh, claro, puede tomarlo de la gaveta de arriba —dice, señalando detrás de mi cabeza y veo que otro le pasa un bol—. Tenga cuidado al salir.
—Gracias...
—Cloto —asiente en mi dirección y sonrió a escuchar el nombre.
Cloto. Como una de las tres Moiras hijas de Zeus.
Sus padres deben de ser unos verdaderos fanáticos de la mitología griega para haberla nombrado así.
Me sirvo una considerable cantidad de cereal y decido moverme a una esquina de la cocina donde no le estorbo a nadie y puedo verlo todo.
Trabajan con sincronía y alegría envueltos en una conversación oscilando entre el griego y otra lengua totalmente desconocida para mi.
En ese momento no veo a los niños por ningún lado y me pregunto hijos de quién serán.Cuando quedan solo restos de mi pequeño desayuno, veo que tengo dos horas para explorar.
Perfecto.
Cloto me intercepta en mi camino hacia el lavadero y quitándome el bol de las manos, me corre de su cocina.
Comienzo a caminar pero me detengo. No sé por donde salir. Las veces que lo he hecho han sido con Henry o con Morgan.
Unas manos me toman por sorpresa cuando se posan en mi cintura, y al alejarme con los ojos como platos y girarme para mirar al responsable, los ojos de Morgan resplandecen en la penumbra, divertidos.
—Nunca creí que fueras de esas personas madrugadoras —dice sonriendo ampliamente—. ¿Qué te tiene despierta, dulzura?
El mote me toma desprevenida, pero cuando encuentro mi voz, frunzo el ceño.
—No podía dormir —niego e inflo mis pulmones tratando de tranquilizar mi acelerado corazón—. Así que decidí bajar por algo de comer antes de irme.
—¿Irte? ¿A dónde?
—Pensaba salir a pasear. Explorar un poco —carraspeo sintiéndome repentinamente abochornada—. Aunque no lo creas, me gustaría conocer un poco del lugar en donde pienso vivir.
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El secreto de los dioses [M. I #1] ✔️
Fantasia"Y su joven corazón no puede ayudar; en sus venas la sangre se detiene y se congela y el ánimo perdido abraza la fe. Cae sintiendo el beso de la muerte. Fuerte como el león, frágil como el cordero. Uno de los secretos más oscuros de los dioses." ⚜...