01|| Esperar.

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—Chicos, eso es todo

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—Chicos, eso es todo. Nos veremos al regreso de clases y buenas vacaciones para todos—digo, recibiendo muchos saludos de mis estudiantes antes de dejar mi salón de clases.

Recojo todas mis cosas, dejo mi escritorio impecable y salgo de mi tan amado salón hacia el pasillo repleto de jóvenes emocionados por las vacaciones de verano. Ver la sonrisas de todos, la alegría por dejar la preparatoria por al menos tres meses me hace recordar los años en los que yo también solía amar las vacaciones y los veranos junto al mar.

Saludo a unos cuantos colegas en mi camino al estacionamiento. Abro la puerta de mi coche cuando recibo la anual llamada de mi madre.

—Hola, mamá—digo al poner el manos libres.

—Supongo que ahora no tendrás excusa para regresar a casa durante las vacaciones ¿Cierto?—indaga. Casi puedo verla cruzar los brazos bajo su pecho con su usual mirada de reprimenda.

—No... no sé, mamá, estoy algo ocupada—menciono, maldiciendo por quedarse atascada en las calles de Nueva York. Algo de todos los días, casi. —¿Cómo están todos?

—Te extrañamos—susurra, con su voz quebrándose al final.—Hija, pasaron cuatro años, ¿No crees que al menos podrías venir a ver a tu sobrino? Te echamos de menos, todos...

—Estoy ocupada—repito. —El trabajo me mantiene trabajando incluso en vacaciones así que no creo poder regresar este año. Lo siento, pero no pueo simplemente abandonar mi vida aquí por tres meses.

La escucho tomar aire profundamente mientras las risas del fondo me sacan una sonrisa.

—Aquí... Hans quiere hablar contigo—dice. Se siente un poco de ruido y entonces la voz más dulce toma el teléfono. —¡Tía! ¿Vendrás ahora? Mami dice que ahora si vienes ¿Cierto?

Algo se remueve dentro de mí al oírlo tan desesperado pues hablo con él al menos dos veces por semana, pero no le he visto el rostro desde que nació porque no regresé ni una sola vez desde que me fui, hace ya cuatro años.

—Veré que puedo hacer, bebé. —hablo por Hans durante varios minutos, luego regresa mamá pero está un poco apagada. La decepción de saber que otro año pasa y yo no regreso. Es madre, se preocupa por mí tanto como cualquier otra persona pero estoy cómoda en mi lugar, con mi vida, sin recordar. Es como si hubiera renacido, y no estoy lista. No creo jamás poder estarlo. —Mamá, ¿Puedo llamarte más tarde? Estoy llegando a casa ahora.

—Claro, te amo—no se despide como siempre, sin embargo no presiono por el momento.

Para mi familia fue más duro que para mí, creo. Además de luchar con mis problemas, quedaron varias cosas pendientes como el problema de mis padres y la adicción de mi hermana. Y solo me marché, no miré atrás. Me concentré tanto en mí misma que cuando desapareció yo...

—¡Cariño!—la voz de Oliver llega a mí de repente logrando que salte en mi asiento dentro del coche. Está trotando hacia mí, abre mi puerta y me sonríe desde ahí. —¿Por qué no bajabas del coche? ¿Te sientes bien?

Entre Tus Brazos (AQS #4- libro I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora