Hayden lo tiene todo. Dinero, poder, belleza, talento. Cuatro cualidades que ponen el mundo a temblar cuando de Hayden McMurray se trata.
Acostumbrada a una vida de lujos y riquezas, rodeada siempre de todo lo que ha querido, siendo la más consenti...
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La vida a veces tiene una interesante forma de hacerte saber qué es lo correcto. A mí me lo demostró cuando tuve a Hayden en su cumpleaños al regresar de la guerra, pues lo correcto siempre fue ella, el estar a su lado.
Y la verdad es que no podría estar más feliz de las decisiones que tomé, porque todas esas decisiones fueron las que nos llevaron a este momento donde mi esposa, mi hermosa y flamante esposa me observa desde el otro lado de la sala donde nuestros invitados están robándonos nuestro tiempo a solas.
—Ya la tienes, amigo, no es necesario que la mires de esa forma—Liam palmea mi hombro al carcajearse de mí.
—No lo entiendes—digo, negando con mi cabeza. Me arrepiento de inmediato porque al mirarlo veo como trata de mantener la sonrisa en su rostro, sin embargo no sale como quiere. —Lo siento, soy un idiota a veces.
—Siempre eres un idiota—recalca.—pero no interesa, no es nada.
La vida para Liam no fue fácil. Durante años ha sido un problema para sus padres porque tomó decisiones que no fueron siempre las correctas, y sufrió de un amor demasiado fuerte que terminó en desastre pero para su suerte, las cosas comenzaron a encaminarse según él.
Para Hayden fue un problema también porque siempre quiso lo mejor para su hermano, pero espera paciente a que su vida se ponga en orden.
—¿De qué hablan, idiotas?—Lainer llega a nosotros con una copa en sus manos.
—De lo idiota que eres—mientras él y su hermano se unen en una conversación que para me interesa, aprovecho la oportunidad para ir por mi esposa.
Nuestra casa rebasa de personas pues para Hayden el concepto de fiesta privada todavía no está del todo claro. Incluso hay personas que ni siquiera conozco, pero resalto entre la multitud a Oliver, el antiguo prometido de mi esposa.
Me llevó tiempo aceptar su amistad, mucho más el acostumbrarme a que él estuviera presente en la vida de mis hijos y mi familia, pero con el tiempo comprendí que es bastante inofensivo y que el amor que tenía por Hayden se ha terminado. Incluso podría considerarlo un amigo de no ser porque mis celos no me permiten aceptarlo del todo.
Alza su copa hacia mí brindando en el aire. Repito la acción, sonriendo al ver a mi hermana hacerle demasiadas preguntas como para mantenerlo ocupado y es que Kailan quiere dedicarse a la arquitectura como él, y a pesar de que ésta sería su tercera carrera y todavía no ha ejercido ninguna de las anteriores, tiene muchas ganas de aprender.
Camino un poco más entrando en la cocina donde mamá y Lia están conversando mientras mi padre y Hudson beben en la puerta que da directo al jardín donde los niños están jugando.
—¡Mi amor!—dice mamá elevando su copa. Incluso con los años que tiene, y el problema en su respiración, mamá no ha dejado la bebida los días de fiesta. —Todo está maravilloso, mi niño, ¿Dónde está tu esposa?