Tengo mucho por procesar, principalmente el que ahora mismo me tengan como una zorra por los dichos de un maldito imbécil que no puede mantener la boca cerrada.
Si hay algo que odio y en verdad, lo odio, son las personas boconas. ¿Por qué no puedes coger con una chica y guardártelo para ti? ¡A nadie le interesa tu vida sexual!
El ego de los niños que dicen llamarse hombres es tan frágil, que si quiero atacarlo ese es el punto perfecto.
—¿De verdad vas a hacerlo?—dice Darla, una de mis más cercanas amigas. Estamos en la fila de cafetería esperando por nuestro almuerzo y no puedo dejar de mirar al idiota con el que me revolqué el sábado por la noche. Solo me mira, no hace ninguna clase de ademán por hablarme o por venir a disculparse, solo está ahí como el idiota que es. —Hay formas más pacíficas de llevar las cosas, Hay.
Pues no, de hecho no lo hay.
—Tú solo ten preparado el póster—murmuro tomando mi charola.
Siempre pido una hamburguesa vegetariana con soda dietetica, pero hoy es diferente porque curiosamente, necesito de varios batidos y todos de diferente sabor.
No soy ninguna mojigata, de hecho siempre pensé que eso de la virginidad está demasiado sobrevalorado. Es solo sexo y disfruto de mi vida sexual sin darle demasiada importancia a tener una mala fama. Claro, como no soy un chico no puedo tener una vida sexual activa porque de inmediato me tachan de zorra, pero a ellos no. El acostarse con cualquier chica y desvirgar a quienes quieran los convierte en reyes de su grupo de energúmenos.
No están en boca de nadie, cualquier estúpido lo abala y alaba todo por tener un pito entre las piernas. Sin embargo si eres mujer, eres una zorra. Fin. La historia es bastante corta, y a mí eso me importa una mierda.
Pero el que yo disfrute de mi vida no significa que dejaré que cualquier estúpido me falte el respeto de esa forma. ¿Qué tan hijo de puta tienes que ser como para tomar una fotografía de una mujer desnuda sin su consentimiento? ¡Eso es abuso!
Puedo sentir su mirada sobre mí mientras camino. De hecho siento varios ojos sobre mí porque de seguro los problemas entre Dom y Brendan ya se dieron conocer, y los motivos también. Es momento de defender mi honor.
Le sonrío abiertamente cuando me detengo a su lado. Rueda los ojos y logra que sus amigos sonrían como los idiotas vírgenes que continuarán siendo.
—¿Vienes por más, preciosa?—pregunta con una sonrisa que enseña sus dientes blancos.
Ruedo los ojos y lanzo un suspiro.
—Vine a darte lo que te mereces—digo, respondiendo su sonrisa. No espero a que responda, solo tomo los batidos y uno a uno, los dejo vacíos. Empapo el suelo y toda su ropa mientras un coro de risas me acompañan. Dom se pone de pie y comienza a sacudirse, llenando mi falda con su asquerosidad. —La próxima vez que quieras, adularte, asegúrate al menos de tener lo que hace falta.
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Entre Tus Brazos (AQS #4- libro I y II)
RomanceHayden lo tiene todo. Dinero, poder, belleza, talento. Cuatro cualidades que ponen el mundo a temblar cuando de Hayden McMurray se trata. Acostumbrada a una vida de lujos y riquezas, rodeada siempre de todo lo que ha querido, siendo la más consenti...