Holiiii, bebés de luz, ¿cómo están? Aquí les dejo un capítulo dominguero hecho con muuuuucho pero muuuuucho amor para ustedes y sólo ustedes.Quiero que en este capítulo dejes toda angustia, preocupación, problema, sufrimiento o pesar que agibie su alma, olvídate de eso por un momento, inhala, exhala. Relájate, disfruta.
Recuerda que tú eres muy especial e importante, que este es tu capítulo, tu obra, incluso yo soy tuya, no olvides que eres amado, te amo, aunque no nos conozcamos, te adoro.
Sé que en ocasiones nada parece tener sentido y que no har razón para seguir adelante, pero la vida no es tna mala, hay muchas cosas buenas y bonitas. Espero te guste mucho este capítulo para ti. Y también espero que este espacio de lectura pueda convertirse en uno de tus lugares seguros. Este espacio y mi bandeja de mensajes, si estás pasando por un mal momento y necesitas sentirte escuchado no dudes en mandar mensaje, los estaré esperando.
Pero bueno, te dejo que comiences tu lectura, te amo bastante, nunca dejes de brillar.
...
-Anne, yo... -el nerviosismo se hizo presente. Tragó seco.
-Tienen problemas -asumió la madre de Harry.
Louis simplemente bajó la mirada, le apenaba hablar de eso con su suegra.
-Todos los matrimonios tienen problemas -dijo después de un momento con su dulce y cálida voz-. Pero sólo los buenos matrimonios los saben arreglar.
-Él y yo no estamos casados, Anne. Diferencia -respondió Louis.
-Quizá no los una un contrato del Estado o de la Iglesia pero los une algo más fuerte, muy poderoso que nadie en el planeta entero, incluso en todo el universo, puede cambiar.
-¿Ah, sí? ¿Qué es? -preguntó Louis sabiendo perfectamente la respuesta de ella.
"El lazo"
-El lazo, mi pequeño.
-¿En serio crees en eso, Anne? -cuestionó incrédulo, casi burlándose.
-¿Es que tú no? -respondió sorprendida.
-No. El hecho de que Harry y yo estemos unidos no significa que hayamos estado destinados o que seamos almas gemelas. Él y yo arruinamos una bonita amistad buscando algo más donde claramente no lo había -estaba tan frío.
-¿Según quién, Louis? -la beta empezaba a molestarse ante tal temperamento.
-Según yo.
-¿Según tú... O Bryan? -lo interrogó de manera mordaz-. Porque no creas que tu madre y yo no notamos lo que pasa acá.
Louis volteó los ojos y miró por la ventana tratando de ignorar a Anne y sus verdades.
-Tú has amado a mi hijo desde joven, desde que conociste lo que era un lazo deseabas tener uno lo más pronto posible y por dentro te morías de ganas de que mi hijo te correspondiera, ¿qué te pasó? Tú no eres Louis, no eres mi Louis que creció aquí, ya no eres ese omega que yo solía llamar el lugar seguro de mi hijo -dijo con severa tristeza y tomó una pausa para evitar soltar el llanto-. Pero en fin, Lou, eres dueño de tu propia vida y libre de hacer lo que pienses que es mejor para ella, solo cuida a tu cachorro... y deja de herir a mi hijo.
Anne dejó la cocina tan pronto como terminó de hablar pues sus lágrimas ya estaban corriendo por su rostro y odiaba mostrarse vulnerable.
Louis se encogió en su lugar y lloró en silencio.
En la elegante sala de la casa Ricci, Harry, Frida y su anfitriona, Gina Ricci, todo un personaje, tomaban el té.
Platicaban sobre cualquier cosa pues Gina sabía mucho y podía hablar de cualquier tema sin problema alguno, de vez en cuando no faltaban sus bromas o chistes que hacían soltar la carcajada a Frida y hacían reír a Harry.
Por un momento todo fue risa tras risa hasta que se le apretó el pecho a Harry.
Gina había terminado de hacer un chiste y Frida se rió, Harry sonrió de manera forzada mientras sus ojos se cristalizaron, Frida notó esto y empezó a llamar al alfa quien parecía estar en un ensueño.
Se sentía tan irreal, no sentía su cuerpo, sentía que no era suyo, oía la voz de Gina y de Frida llamándolo, pero los oía lejos, después las lágrimas salieron sin control.
-Vale, Harry, todo estará bien -Gina lo abrazó-. Eso mi amor, llora, tú llora, saca todo eso que traes, saca todo lo que debes sacar, llora mi niño, llora. Eso es, sácalo todo, no lo necesitas, dejalo salir, dejalo. Bien.
Harry lloraba tan desconsolado que su llanto estaba haciendo a Frida quebrarse por dentro y a Gina le afectaba, pero ambas se hicieron fuertes para hacerlo fuerte.
Frida solo vio aquella escena en silencio, ver a un frágil y débil Harry llorar en los robustos brazos de una anciana negra mientras lo consolaba, de alguna manera, la hizo sentir mal. Harry estaba muy mal.
-Quiero dormir -dijo Harry cuando los sollozos terminaron.
-Ok, Gina, muchas gracias por recibirnos, por el almuerzo, por el té pero será mejor que Harry y yo nos vayamos para que pueda descansar.
-No, Frida, quédense, tengo habitaciones.
-Cómo crees, no queremos causar más molestias. Nos vamos.
-Insisto.
Gina ayudó a Harry a ponerse de pie y sin decir nada lo llevó hasta una habitación.
Harry se acostó y Gina se sentó en el borde de la cama acariciando los cabellos castaños y rizados de Harry hasta que logró quedarse dormido.
Gina salió de la habitación con sumo cuidado haciendo el mínimo ruido y emparejó la puerta.
Frida vio salir a la omega y le sonrió, Gina le dijo que fueran a la cocina.
-Quédense aquí, Frida. Ya es tarde y no creo que Harry despierte pronto, tengo más espacio -ofreció.
Frida lo pensó y aceptó.
-Vuelve a la finca, Emile, diles que estamos bien, que nos quedaremos acá en el pueblo, lleva lo que se te ha encargado y vuelve por nosotros mañana a primera hora, ¿vale?
-Sí, señora.
Emile se marchó camino a comprar lo que Marissa había pedido y de ahí directo a la finca.
Camille estaba en la terraza del segundo piso y pudo ver cuando el auto llegó. Con emoción bajó hasta la puerta de la casa pero no estaba Harry.
Escuchó una plática en la cocina así que fue a ver, eran Marissa y Emile.
La omega trató de no hacer ruido para poder escuchar lo que decían pero estaban hablando en italiano y ella no lo entendía.
Marissa se dio cuenta que había alguien espiando así que le dijo a Emile que se retirara.
Camille decidió entrar como si no hubiese escuchado nada.
-¡Ah! Señorita -fingió sorpresa-. ¿Venía a cenar? Olvidaba qué estaba aquí, no preparé cena -se sintió avergonzada. Sarcásticamente.
-No, está bien. Sigo satisfecha desde la comida pero ¿dónde está Harry... y Frida? -preguntó mientras recargaba su ligero peso en el marco de la puerta.
-La señora Frida y el señor Harry vuelven hasta mañana -se limitó a decir.
-Pero ¿dónde están? -insistió, la omega.
-No lo sé, señorita. Solo avisaron que vuelven hasta mañana.
Camille le sonrió con desagrado a la mujer, enderezó su postura, dio media vuelta y se fue.
-¡Esa mujer! -dijo con enojo-. ¿Qué cree que está haciendo? A caso piensa que una mujer como ella -se rió-, de su edad -volvió a reír- ¿será la futura señora Styles? Ja.
Se acercó a la mesa, tomó la botella y sirvió más del líquido en su copa.
-¿Qué se piensa? ¿Qué no sé a lo que juega? No soy tonta -bebió-. "Harry está enfermo, él no saldrá, no quiere salir blah blah blah -imitó-. Solo me está alejando de mi futuro, pero dudo por mucho que Harry se fije en una antigüedad como esa, y alfa. Aun así, que se pudra Frida.
Unos ligeros golpes en la puerta la hicieron callar pues ella estaba dispuesta a seguir su discurso.
-CRH
ESTÁS LEYENDO
Our Little Secret
FanfictionCuando la pasión se desborda nace un secreto, su pequeño secreto. Comienzo: 12/10/18 Fin: 09/02/2022