XVII. Distancia

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Louis se había quedado dormido ahí, despertó en la mañana, cuando el despertador de Harry sonaba, exactamente a las 6 en punto.

Fue al baño, se vio tan desgastado en ese espejo. Le hacía falta su alfa. Tomó un baño caliente, a ver si así se le quitaba el frío, pero no, el frío era en el alma; le faltaba el calor de su alfa.

En la bañera se quedó dormido hasta que llegó una de las mucamas que Harry contrataba para la limpieza. La omega realmente se asustó al ver a Louis ahí, inerte. Creyó que estaba muerto por lo que lo tocó con mucho cuidado. Louis al sentir el suave y cálido tacto de aquella omega su corazón dio un brinco y despertó.

—¡HARRY! —gritó y la mucama se sobresaltó.

Louis vio a la chica totalmente asustada y le pidió disculpas, la mujer se disculpó también por irrumpir y se retiró.

El agua ya se había enfriado, lo mejor era salir de ahí.

Se puso una bata de Harry que le quedaba bastante grande y se volvió a meter en la gran cama. Volvió a dormir.

Eran cerca de las ocho de la noche y Louis aún no había salido de la habitación y las mucamas no se atrevían a entrar o si quiera tocar la puerta.

Fue hasta que Fizzy llegó a casa de su madre quien le dijo que no sabía nada de Louis lo que la hizo ir a buscarlo a su casa pero no estaba, a casa de Bryan pero Danielle tampoco sabía dónde estaba por lo que al final fue a casa de Harry. Tocó la puerta y el ama de llaves abrió, la dejó pasar porque ya sabía quién era.

Fizzy subió hasta la habitación y entró, despertó a Louis y le recordó que se tenía que presentar en el tributo a Freddie Mercury. A duras penas se levantó, su cuerpo pesaba pero no estaba enfermo. De igual manera, dio todo en el escenario.

La BBC estaba transmitiendo el concierto vía Internet y fue así que Harry pudo ver a su amado.

Los días empezaron a pasar, se percibían tortuosos, era algo agobiante, lo único bueno para Louis era que al final del día podía tener en sus brazos a su pequeño hijo.

Habían pasado casi tres semanas, era viernes, el álbum casi estaba listo, Verónica había seguido aconsejando a Louis sobre sacar el disco pronto.

Estaba terminado, Louis lo había terminado ya, muy rápido, ahora sólo lo estaba escuchando, Bryan.

En esas tres semanas de ausencia de alfa no había tenido comunicación alguna con él.

—Y ésta, Harry, es mi finca —dijo Alessandro cuando recién entraban por el portón.

Era un terreno enorme, a un lado había un viñedo, del otro lado había una huerta de naranjas y al final del camino estaba la finca.

Luego de que entraron y unos empleados subieron las maletas de Harry y Alessandro, Harry se acostó un rato y sacó su móvil para descativarle el modo vuelo, esperaba unos mensajes de Louis pero nada, revisó y ahí no había nada de señal telefónica.

Estaba cansado por el viaje así que decidió dormir un poco en lo que llegaba la hora de la cena.

Cuando ya eran las ocho otro empleado fue a despertarlo para la cena. Harry tomó su móvil y bajó a la cocina.

—Pasa, Harry, siéntate —ahora se dirigió con una empleada— Marissa, por favor, trae la cena del señor Styles —lo último lo había dicho en italiano—. Por hoy cenaremos aquí, a partir de mañana estaremos tomando las comidas en el comedor o en la terraza.

Estaban en una habitación mediana con una mesa redonda de seis sillas y un viejo candelabro de techo de velas y no eléctrico, un decorado sencillo pero de oldstyle, todo era muy vintage. Nada comparado con el estilo de Alessandro.

—Dame la clave del Wi-Fi, necesito conectarme —le pidió Harry.

—Oh, no, no, cariño, aquí no tenemos eso, no me gusta, en esta finca no hay señal ni Internet, eso distrae a uno de su trabajo ¿entiendes? —Harry asintió—. Eso es algo que él no entiende, le digo: Mira Michelangello, te tengo una cuenta con una enorme suma de dinero y todo lo que puedes necesitar, ya que si tienes un problema que no puedas solucionar solo con tu tarjeta de crédito puedes comprar un boleto y volar hasta acá. Pero tranquilo, Harry, en la semana estaremos yendo a la ciudad por las telas y algunas cosas, ahí podrás hablar. Ahora come que se enfría.











Sé que debería estar actualizando pero a parte del estrés del confinamiento tengo estrés de las tareas y  una ruptura amorosa. Estén a salvo y nos leemos pronto

Our Little SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora