LV. Es él

464 47 23
                                    

Elio pasó por Harry más tarde y lo llevó de regreso a la finca, el alfa iba muy contento, pues le gustaba platicar con esa mujer tan encantadora.

Llegó con el sol poniéndose.

Entró y Marissa lo llamó para la cena. Harry fue a su estudio y dejó sus cosas, después volvió a la cocina, habló un poco con la beta y se fue al comedor. La mesa estaba puesta para dos, supuso, Harry, entonces que ella cenaria con él, pero para su sorpresa apareció Alessandro.

-Hola, Harry -saludó el alfa acercándose a su silla.

-Alessandro, hola.

-Me ha dicho Marissa que tienes una agradable noticia para mí.

-Ah, sí, ya he terminado la colección.

-¿En serio?

-¡Sí!

-Bueno, si ya estás listo mañana mismo nos vamos a los talleres a Roma.

Harry se emocionó, armaría las últimas piezas de su colección en los talleres de Roma, en los mismos donde Guccio Gucci tuvo sus inicios*.

-¡Perfecto!

Después de la cena Harry se fue a empacar sus cosas mientras Alessandro revisaba los diseños de Harry. Al llegar al final, en el último lo mandó llamar.

-Hiciste un buen trabajo con la pieza central, Harry, me encantó pero, ¿ese nombre? ¿En serio? -preguntó él.

-¿Qué tiene de malo? Es un lindo nombre.

-No me convence, no tiene nada que ver con el nombre de la colección que es perfecto, y tampoco tiene nada que ver con el traje, ¿seguro de dejarlo así?

-Sí, tú confía.

...

Harry se acostó, se sentía cansado.

En cuanto su cuerpo tocó las finas sábanas y sus ojos cerraron se quedó dormido.

Entre sueños empezó a oír voces, en todas direcciones en todo lenguaje, luego abrió los ojos.

Estaban ya en el aeropuerto, en Roma.

"Qué rápido -pensó Harry".

Avanzó mientras esperaba su maleta. Al obtenerla buscó a Alessandro que hace apenas unos segundos estaba junto a él y ahora se había perdido en un mar de rostros.

Volteó, Harry, entonces y vio algo sumamente agradable a sus ojos y de pronto todo sonido se fue, como si hubiese quedado aturdido por un disparo.

Pronunció un nombre, pero ningún sonido fue capaz de escapar de su boca.

Aquella persona a la que Harry veía cayó repentinamente al suelo, entonces el alfa miró hacia su lado izquierdo y alguien alto todo vestido de negro recién bajaba un arma, el arma del disparo que provocó la sordera momentánea de Harry.

El alfa corrió, conforme lo hacía iba recuperando la voz y el oído.

-¡Louis! ¡Louis! ¡LOUIS! -gritaba.

Al estar a punto de llegar al cuerpo del omega, tirado, con una bala que cruzó su pecho volvió a abrir sus ojos.

-¡Harry! -gritó Alessandro.

Harry abrió los ojos y vio todo a su alrededor, estaba en la finca, en su cama, Alessandro de pie junto a él, detrás Marissa y en la puerta cuatro sirvientes más.

-¿Qué? ¿Qué pasó? -preguntó Harry con su corazón golpeado su pecho, latía fuerte.

-Nos diste un gran susto, hombre. Estabas hiperventilando y no despertabas -dijo Alessandro.

-Con permiso -se escuchó levemente entre los empleados. Era el doctor Binicci.

Se acercó a la cama, Marissa le acercó una silla y el viejo alfa les pidió se le dejase solo con Harry, todos salieron.

-Probablemente hayas experimentado un ataque de ansiedad mientras dormías. ¿Estabas soñando, Harry? -preguntó el doctor.

-Sí -respondió inmediato.

-¿Cómo era el sueño? ¿Lúcido? ¿Distorsionado? ¿Fantaseoso quizá?

-No puedo recordar. Pero era lúcido, nada de fantasía, yo veía claro y en primera persona, no tuve tipo alguno de distorsión - respondió.

-En estos casos no puedo hacer nada, tu historial médico marca un cuadro depresivo, me temo que ahora lo acompañe una ansiedad. Sugiero visites el psiquiatra lo más pronto posible, ¿ok, chico? -le dio unas ligeras palmadas a Harry en su hombro y se retiró.

Alessandro se lo llevó a su estudio, platicaron un rato y después se fue.

Marissa había llevado el desayuno para Harry y éste comió en su cama.

Antes de que él terminara entró Alessandro.

-¿A qué hora nos vamos? -preguntó Harry tomando la servilleta y limpiando sus labios.

-¿Seguro de viajar? No te voy a presionar -dijo Alessandro sentándose en la silla junto a la cama.

-Claro, me siento bien. Tenemos que ir, estaré bien.

Alessandro asintió.

-Te veo abajo a medio día -Alessandro se retiró.

-¿Todo listo? -preguntó el alfa.

-Sí -respondió el omega metiendo su celular y pasaporte a su mochila.

-Vamos a tomar un almuerzo y después nos iremos, tenemos que estar con tiempo, lo sabes, así que baja ya.

Louis suspiró, entró al baño a hacer sus necesidades y después llegaron por sus maletas.

El omega bajó al restaurante del hotel y ordenó. Almorzó solo.

Pasado un rato llegó Bryan y ambos se fueron al aeropuerto.

A mitad de camino, el alfa cambió a Louis de vehículo, lo subió a otro lleno de guardaespaldas seguidos por otra camioneta igual.

-¿Es, de verdad, necesario esto? -preguntó Louis.

-Sí, chico, toma en cuenta que el aeropuerto estará lleno y seguramente habrá fans, quiero tu seguridad, pequeño -le dijo el alfa.

Louis aceptó, hace tiempo que no le tocaba llegar a un aeropuerto de día y por ende no se exponía a tanto contacto. Estaba nervioso.

Bajó con su mochila, sabía lo que tenía que hacer, cientos de veces ya había hecho lo mismo.

Tenía que esperar cerca de una hora así que uno de los guardias lo escoltó hacia la cafetería por algún snack, más tarde, antes de que empezaran a llamar para el vuelo lo llevaron a la tienda de regalos. Ahí se encontró con algunos fans, lo saludaron, sacaron fotos y pidieron autógrafos. A Louis le encantaba interactuar con ellos.

Estaba en la tienda frente a un espejo, probándose unas gafas de sol cuando en el espejo se vio algo que llamó la atención.

En una especie de hipnosis, Louis tomó las gafas y se las dio a su guardia.

-Págalas -dijo Louis, y el guardia, que estaba embobado viendo las postales, le recibió las gafas sin prestar atención.

-¡Harry! -escuchó el alfa un llamado, volteó entonces, no distinguía bien de dónde venía exactamente-. ¡Harry! -ahí estaba de nuevo, lo ubicó, supo el origen del llamado.

















































Hooola hermosas personas, disculpen por desaparecer, la semana pasada fue extraña, además que pasé mi cumpleaños y eso, pero ya he vuelto. Los he extrañado. Espero que les guste este capítulo y que lo disfruten. Les amo.

Our Little SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora