XLII. Carolina

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El evento se acabó, Danielle regresaba a casa, estaba feliz, la había pasado agradable y había recuperado su celular, intentó encenderlo pero no tenía batería.

Llegó y abrió la puerta, se quitó los tacones en el recibidor y siguió descalza. Llegó hasta la sala y se encontró una grata sorpresa.

-¡Fizzy! -se emocionó al ver a la alfa.

-¡Dan! -ella se levantó de donde estaba y fue hasta la omega y la abrazó.

-Cielos, ¿hace cuánto que has llegado?

-Hace unas horas. Louis tenía que hacer algo y me pidió que viniera a vigilar a Freddie y me invitó a quedarme, ellos ya están dormidos y yo decidí esperarte.

-Qué linda, gracias.

La omega se sentó junto a la alfa.

-Lo del otro día, si fue sólo resaca o ¿continuó?

Positivo.

-Sí, sólo resaca.

Se apoyaron una en la otra y se quedaron en silencio, era agradable.

Pasado un rato, Fizzy tomó el rostro de la omega y la besó. Dany se dejó llevar por un momento pero después se apartó, acto que desconcertó a la alfa quién volvió a intentar el beso y fue rechazada.

-¿Qué pasa? -preguntó Fizzy.

-Aquí está Louis -susurró Danielle.

-¿Y? Está en su habitación -de nuevo intentó el beso pero volvió a fallar.

-Fizzy, yo soy su novia -dijo apartando el agarre de la alfa.

-¿Y lo sientes real?

-Debe serlo.

-¿Y a quién le importa?

-Bryan.

-¿Está aquí?

-No.

La omega suspiró, no podía esconder lo que sentía.

Se lanzó al cuello de la alfa y se sentó sobre ella, se besaron tan apasionante.

Sus cuerpos vibraban en la misma sintonía, hablaban el mismo lenguaje.

Felicite bajó el cierre del vestido de Danielle mientras la omega desabrochaba la camisa de la alfa, pronto ambas quedaron desnudas, complaciéndose una a la otra.

Harry estaba un poco ebrio pero consiente, salió de su habitación con sus cosas, bajó y tomó un taxi, se fue hasta el aeropuerto, tomó el primer vuelo y se fue. Sin avisar.

Se fue directo a su apartamento, hace un tiempo que no lo visitaba así que estaba sucio y desordenado, tanto que no podía quedarse ahí así que fue a un hotel y contrató a alguien para que lo limpiara.

Estando allá contactó a algunos de sus amigos. Quería y necesitaba distraerse.

Sólo pudo responder Josh. El tonto Josh.

Harry se subió al auto, se puso el cinturón de seguridad y el beta avanzó.

-¿Cómo has estado, Harry? -preguntó Josh tratando, torpemente, de romper el hielo.

-Bien, Joshie, ¿y tú?

-Mejor que antes.

Se volvieron a quedar callados.

-¿Quieres que te consiga algunas chicas? -preguntó sin más el alfa.

De todos los amigos y conocidos que Harry tenía en New York tenía que haber respondido el único que no sabía de Louis.

Our Little SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora