XXXIII. Pesadillas

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Harry seguía dormido, estaba profundamente dormido, estaba descansando bien, solo que, unas lágrimas discretas comenzaron a salir de sus ojos cerrados y correr por su cara hacia cada costado de ésta. Harry estaba boca arriba.

La tormenta azotó como a las cuatro de la mañana. Se fue la luz. Un rato después comenzaron los rayos y uno muy cerca de ahí despertó de manera brusca a Camille que se había quedado dormida en una silla de la sala de conferencias.

Por un momento se asustó al ver todo oscuro pero la poca claridad que entraba más las fugaces iluminaciones de los rayos, la omega alcanzó a ver un candil y fósforos.

Se acercó pronto a él, aprovechando uno de los últimos relámpagos. Y a tientas buscó la caja, al estar a oscuras, con torpeza sacó un fósforo y lo pudo encender. Prendió el candil.

Tomó los fósforos y los guardó, después tomó el candil, se puso de pie y caminó escaleras arriba.

Llegó hasta la puerta de la habitación de Harry, quiso abrirla pero aquella estaba cerrada con llave.

Aún estaba ebria y tropezó antes de terminar de bajar los escalones. Por suerte, nada malo le ocurrió, si acaso algún moretón más tarde, nada grave.

El amanecer ya había iniciado, los primeros rayos ya pintaban el cielo y Jay se vestía para bajar a ayudar a Anne con el almuerzo.

-Buen día, Anne -dijo Jay entrando a la cocina.

-Buen día, Jay. ¿Qué haces despierta tan temprano, querida?

-Voy a ayudarte.

-No es necesario, querida. Ya casi termino. ¿Gustas un café o té?

-Un café estaría perfecto.

Unos momentitos de silencio y después se escucharon los quejidos de Freddie.

-Jay, Freddie está en mi habitación, ¿puedes revisarlo? -pidió, amablemente, Anne que aún tenía algo en el fuego.

-¿Y Des? -cuestionó antes la omega.

-Están en el huerto -respondió la beta.

Jay salió de la cocina y se fue hacia la habitación principal.

Al llegar se encontró con su nieto ya despierto pidiendo lo sacaran ya de la cuna. Cuna que había pertenecido a un pequeño Harry, hace tiempo.

La omega tomó al cachorro en sus brazos, tomó también la pequeña frazada que lo cubría, pues, estaba fresco el ambiente.

Salió de la habitación con su nieto en brazos y antes de bajar pasó por la habitación donde estaba Louis, pero ésta estaba vacía, creyó entonces que Louis estaba con Des en el huerto.

Al tener ausencia de un padre a temprana edad y pasar tiempo en casa de los Styles tomó a Des como figura paterna, se llevaban bien.

-Miren quién despertó -comentó Anne con voz de abuela consentidora, al ver a Freddie en brazos de Jay entrando a la cocina.

-Despertó el pequeño más guapo -le dijo Jay en su propio tono de abuela consentidora.

Anne ya había terminado, se acercó a la mesa y tomó una silla para sentarse junto a su consuegra y nieto. Lo observó.

-Tiene el cabello rubio, así lo tenía Harry cuando era bebé. También veo que tiene los ojos verdosos como mi hijo, y la forma de labios y nariz de Louis -comentó Anne tan embelezada por el niño.

La beta se puso de pie para ir por las cosas para el café.

-¿Y Felicite? ¿Por qué no ha venido? -cuestionó la mujer mientras sacaba unas galletas del horno.

Our Little SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora