XXXV. Dulce aroma

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El sol ya había bajado y madre, hijo y nieto apenas llegaban a la granja.

Fueron recibidos por los Ian y Shopie Tomlinson, primos del señor Tomlinson, por lo tanto, tíos de Louis.

-Bienvenidos sean -dijo Shopie, la beta, mientras abría la puerta de la casa y ayudaba con las metas a Louis y Jay.

-Muchas gracias, tía Shopie -respondió Louis cargando con Freddie y su maleta.

-¿Este es tu niño? -preguntó la mujer-. Es divino. ¿Puedo cargarlo?

-Claro -Louis pasó a su hijo a los brazos de la beta.

-Pasen, los guiaré a sus habitaciones para que puedan descansar o darse un baño, aún falta para la cena.

Subieron al segundo piso y la mujer les mostró la recamara para cada uno. Louis se quedó en la suya y Jay igual, mientras Sophie bajó cuidando de Freddie.

Louis recordó que su tía había dicho que el agua caliente estaba lista por lo que decidió darse una ducha tibia en la tina del baño, aún faltaban alrededor de 20 minutos para que estuviera lista la cena por lo que llenó la tina y se metió un rato.

La campana que indicaba la hora de la cena sonó justo cuando Louis ya estaba listo, usaba unos vaqueros holgados, un suéter de cuello de tortuga y unas vans blancas, no quería que sus familiares supieran que tenía una marca.

En el comedor ya estaban su madre, su tío Ian, la tía Sophie, su prima Alice y su esposo Abraham con sus hijos Jack y Sally junto a la tía abuela Nora.

La cena fue deliciosa y muy amena.

-¿Necesitan algo más? -preguntó Marissa mientras levantaba los platos y cubiertos usados por Harry y Camille.

-Es todo por ahora, Mara, muchas gracias -respondió Camille.

-Estuvo exquisita la cena, Marissa, muy bueno el asado -halagó el alfa.

-Muchas gracias. Si necesitan cualquier cosa me pueden buscar, estaré aquí está noche -ofreció la beta antes de retirarse.

-Bueno, Camille, me retiro, estoy bastante cansado, hasta mañana.

-Hasta mañana, Harry.

La noche estuvo fresca, cada vez más cerca el otoño.

Marissa entró a la habitación de Harry pues ya era muy tarde y el alfa aún seguía dentro.

-Te traigo el desayuno, come antes de que se enfríe -le dijo en italiano mientras dejaba la bandeja sobre su mesa.

-No tengo ganas, Marissa, estoy cansado -le respondió en el mismo idioma.

Marissa salió y dejó a Harry.

El alfa a duras penas y con mucho esfuerzo se levantó a cerrar su puerta con seguro y después entró al baño y llenó la tina con agua tibia, se introdujo un rato tratando de aliviar el dolor de su cuerpo y el desastre que pesaba sobre su mente.

Lloró, lloró hasta que el agua tibia se volvió helada, quería escapar, correr muy lejos, pero, sin importar a dónde fuera, su mente seguía con él.

Tocaron la puerta.

Harry salió del agua, se colocó la toalla y fue a la puerta. Era Camille.

-Hola, Harry -saludó-. ¿Bajarás a comer? Marissa quiere saber si pone la mesa o te envía la comida.

-¿Puedes decirle que no apetezco alimentos aún?

-Sí, yo, yo le digo -se percató que Harry tenía el torso descubierto. Se sonrojó.

A lo lejos de notaba la atracción ahí pero nadie decía nada, solo eran un a omega y una alfa cenando, nada relevante, o quizá sí, pues los paparazzis las siguieron para sacar algunas fotos y es que no eran una simple omega y una simple alfa, eran Danielle y Felicite, novia y hermana de Louis Tomlinson saliendo a cenar, espectacular su relación de cuñadas.

De la cena se fueron a un bar y del bar a la casa que Bryan les prestaba a Louis y Danielle.

Danielle entró colgada del hombro de Fizzy, pasaron entre risas por el recibidor hasta llegar a la sala y la omega se dejara caer en uno de los sofás.

-Gran noche, ¿No lo crees, Fi? -preguntó arrastrando su voz y después soltando una risotada.

-Ha sido genial, Dan, pero te has puesto muy borracha, ¿segura que estarás bien tú sola... durante toda la noche? Me preocupas.

-Quédate entonces -se apresuró a decir cambiando el tema de su voz-. ¿O qué? ¿Te da miedo dormir con una omega? -la desafío.

Fizzy solo sonrió.

-¿Dónde puedo tomar un trago? -preguntó la alfa.

-Ven, te muestro -Danielle se levantó y guió a Fizzy hasta un minibar de la casa.

Danielle se sirvió una copa de vino blanco y Fizzy prefirió el whisky, bebida de alfas.

Pasaron de nuevo a la sala, la tensión del momento aumentaba, solo había mirada, sonrisas y coqueteo a distancia, ninguna de las dos se atrevía a decir o hacer algo, ambas esperaban el accionar de la otra.

Acabada la copa de Danielle salió por la botella y apagó las luces dejando solo una tenue iluminación que tenía la sala.

Sirvió un poco más de vino y lo bebió, la tensión estaba por reventar las ventanas del lugar y Danielle lo entendió, con delicadeza se acercó hasta Fizzy y se subió a su regazo. Tomó con sus delicadas manos los bordes del saco que la alfa aún mantenía puesto y de esta manera la acercó a su cuerpo.

-Voy a admitirlo, Fi. Tú y tu maldito aroma me atraen bastante, me gustan, ambos. Es tan excitante -dijo en tono sutil y discreto.

Fizzy solo puso sus manos en la pequeña cintura de la omega y bajó por su espalda hasta sus glúteos.

Después de estar un rato así Danielle besó a Fizzy y ésta correspondió.




































Holacomoestan. Feliz viernes. Como prometí volví, nuevo capítulo y eso jsjs, espero les guste 👉👈😚

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