Our Little Secret

Especial De Halloween H&L

—Recuerdo la primera vez que tú y yo pasamos Halloween juntos —dijo Louis recostado en el pecho de Harry, junto a la mariposa que el alfa tenía marcada en la piel.

—Yo igual la recuerdo, en su momento fue extraño —Harry acariciaba la espalda del omega con las yemas de los dedos.

—Deja de hacerme eso —sonrió—. Me quedaré dormido.

—¿Dormido? Yo espero otra reacción —dijo Harry con un dejo de seducción.

Louis se levantó, estaba dispuesto a subir al regazo de Harry y darle la reacción que él esperaba.

Fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta, Louis rápidamente se puso de pie y fue a abrirla, del otro lado estaba su cachorro.

—¿Qué pasa, cielo? —le preguntó Louis con angustia.

—No puedo dormir —le dijo el pequeño.

Harry se acercó a ver lo que acontecía con su cachorro.

—¿Tuviste una pesadilla? —preguntó Harry y el niño sólo asintió—. Yo tengo la cura perfecta para eso —Harry se agachó y tomó a Freddie en sus brazos.

El alfa empezó a avanzar por el pasillo hasta llegar a las escaleras.

—¿A dónde van? —preguntó Louis.

—Te esperamos en la sala, trae los álbumes de fotos —dijo Harry empezando a bajar las escaleras.

Louis hizo lo que Harry pidió, fue a buscar los álbumes y bajó.

En la sala se encontró a su esposo y así hijo en un fuerte de almohadas y peluches que Freddie había construido en la tarde y que Harry había olvidado recoger.

Estaban jugando con los dinosaurios de felpa que tenía el niño.

—¿Interrumpo? —preguntó Louis llamando la atención de ambos alfas.

—No, papi, siéntate —le pidió el niño dándole otro dinosaurio a Louis.

Jugaron otro poco y después Harry finalizó el juego, les pidió a sus tesoros que se pusieran cómodos y procedió a acomodarse junto a ellos.

—Bien, Freddie, por primera vez verás las fotografías de la familia —Harry tomó el primer álbum, mediano, de portada gris.

Vieron  fotos desde pequeños, hasta mayores, hasta ser novios, después la ceremonia que tuvieron, los conciertos, pasarelas y cosas más cotidianas como selfies, fotos en espejos, cocinando, viajando, navidad, los cumpleaños y el embarazo. Entre todas las fotos apareció una de Louis con Danielle, ver ese rostro después de años lo llenó de nostalgia.

El pequeño Freddie no se detuvo a preguntar quién era, pues ya se había dormido, y una vez dormido parecía una roca, se acomodaron ahí, y los tres durmieron en el fuerte de Freddie.

Los despertó la alarma de Louis, que indicaba las siete treinta, se levantó y se fue al patio, aprovechando que era una mañana despejada, para hacer su rutina habitual de yoga. Mientras los alfas dormían otro poco.

A las ocho en punto Harry despertaba y comenzaba con el desayuno mientras Louis se encargaba de despertar a Freddie y arreglarlo para ir a la escuela.

Ya tenían su rol, ya sabían que hacer.
A las ocho quince un desayuno familiar, después los últimos retoques y a esperar el autobús que se llevaba al cachorro a la escuela.

Harry entró primero y se preparó para ir al gimnasio y de ahí al trabajo.

—Te veo más tarde, cielo —dijo Harry besando a Louis.