LXXI. Mi parte de la culpa

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Lo que había estado pasando en los últimos años era algo que no me gustaba recordar. Lamentablemente en esos años estaban mis memorias con Louis, esas sí las apreciaba. Bastante.

Recuerdo el primer susto de embarazo que tuvimos, fue poco antes de que nos "separaran" públicamente.

Louis estaba en una reunión con Bryan, habían rentado el mejor casino, todo el lugar para máximo 10 personas, debía tratarse de alguien "importante".

Mi omega siempre se alejaba de las conversaciones que estos hombres sostenían, sabía que si las escuchaba podrían envolverlo y eso no le convenía. Aunque en ese entonces yo no sabía de qué eran realmente esas reuniones ni quienes estaban involucrados.

Él salió hasta la puerta trasera, ahí un alfa guardaespaldas lo detuvo.

-No puedo dejar que salga -habló serio pero con respeto.

-Vamos amigo, solo quiero fumarme un cigarrillo -respondió Louis con carisma.

-Esa es una actividad que bien puede realizar ahí dentro -objetó el hombre.

-Pero sabes, me aflige estar ahí, sus charlas y eso, se me hace aburrido. Por favor hombre -sonrió.

Admito, por sobre mis celos, que mi omega es todo un coqueto cuando quiere lograr algo, además que su aroma te conquista bastante, te domina por completo.

El alfa cedió y lo dejó salir al callejón pero se quedó con él, vigilando.

Le ofreció entonces un cigarrillo y se lo aceptó.

-Lindo traje -le dijo en tono burlesco. El pantalón y el saco eran dos tallas más grandes de las que él usaba, nadaba en ese traje. Él entendió el comentario y sonrió, después le dio una calada al cigarrillo y expulsó el humo en dirección al alfa.

-¿Tan mal se me ve? -preguntó riendo.

-No, no, para nada, amigo -sonrió. Ambos estaban jugando.

Louis decidió recargar su cuerpo contra la pared.

-¿Cuánto tiempo llevas trabajando con ellos? -salió la conversación, estaban bien, fumando ambos.

-Diez años -dio la última calada y lo tiró al suelo para después pisarlo.

-Mucho tiempo -expulsó humo-. Y ¿tienes tus derechos? Digo, horarios para comer, descansos, idas al baño, esas cosas.

-No -soltó una risita.

-¿No? -Louis soltó el humo, impresionado pero predecible.

-Entonces cuando tienes que hacer pis, ¿qué?

El alfa se rió pero Louis permaneció con su rostros enserio, estaba haciendo una pregunta seria. Él lo entendió y decidió explicar, había aprendido a aguantarse.

-¿No quieres ir ahora?

-A decir verdad, sí, pero estoy montando guardia, debo esperar.

-Eso te traerá problemas.

-Ya tengo problemas. Pero también tengo una familia que mantener.

-¿Por qué no vas ahora? Yo monto guardia -se puso firme y entrelazó sus manos frente a su vientre bajo e hizo un gesto divertido con su boca, a menea de sonrisa.

-Imposible -sonrió él-. Estoy trabajando, no debo descuidar mi puesto.

-Hay un baño a un par de metros, además hay tres hombres detrás de esa pared, imposible que alguien entre y sé quieres -lo persuadió.

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