Abrí los ojos de par en par, empecé a temblar sin poder evitarlo y me aferré a Hunter quien se alertó por mi reacción. Me abrazó como si fuera una niña pequeña que necesitaba protección, así me sentía en estos momentos.
-Marcos... -dejé escapar.
Lo vi por encima del hombro de Hunter, sonreía mientras me observaba. Había cambiado, en realidad se veía bien, pero no podía apreciar eso por lo asqueada y furiosa que me sentía por verlo de nuevo.
-Me alegra que me recuerdes... ¿Aún no me superas? -comenta con burla.
Hunter lo mira con severidad, estaba por ir hasta él pero yo me armé de valor. Dejé que el alcohol y la ira se apoderaran de mí, me aparté de Hunter y le tiré mis tacones a Marcos, que pudo esquivar por poco.
-Eres... Eres un asco ¡¿Cómo te atreves a aparecer de nuevo y hablarme?! ¡Te dije que no quería volver a verte!
Caminé hacia él con las intenciones de cometer un delito pero Hunter me detiene atrapando mi cintura y jalándome hasta él.
-¿Quién se supone que eres tú? -pregunta Hunter serio.
Su voz me hizo sentir mejor, además de erizar la piel, me hizo sentir que no estaba sola para enfrentar a ese imbécil frente a mí, pero seguía enojada.
-¡¿Eso que importa?! Dame mis zapatos para volver a lanzártelos -le dije queriendo escapar de las manos de Hunter pero no me lo permitió.
-Veo que sigues igual de recentida, Zaira.
-¡¿Qué esperabas idiota?! ¡¿Creías que si te volvía a ver después de lo que me hiciste iba a besarte y decirte que lo que pasó no fue nada?!
-Bueno... solo esperaba volver a tener sexo contigo por lo menos, dijeron que ahora lo haces bien. No como esa primera vez, siendo tan inexperta y torpe.
Mis ojos se llenaron de lágrimas por recordar que había dejado que este tipo sea mi primera vez, no podía olvidar esl y jamás podría.
-Imbécil -escupí con asco.
-Pero bien que...
-Suficiente.
Hunter se coloca frente a mí, evitando que Marcos se me acerque cuando vio esas intenciones. Marcos mira a Hunter con una media sonrisa, yo me asomé desde atrás y miré fulminante a Marcos.
-Mira, no tengo ni idea de quién carajos eres, tampoco me interesa -los puños de Hunter se aprietan hasta dejar blancos sus nudillos-. Pero será mejor que te largues de aquí ahora, antes de que tu y yo tengamos problemas.
Marcos se ríe con burla y se acerca un poco a Hunter de manera desafiante, buscaba intimidarlo... Marcos siempre fue así. Pero Hunter no se inmuta.
-¿Vas a defender a una chica que no vale ni mierda? Tienes unos estándares muy bajos, amigo.
-Como sigas hablando te voy a romper la boca, a ver si después sigues tirando mierda.
-Son verdades. Esa tipa que protege es una zo...
Yo salí de detrás de Hunter y sin esperar la reacción de nadie le di un golpe en la nariz que lo dejó sangrando.
-El que no vale ni mierda eres tú. Por andar apostando mujeres con los estúpidos de tus amigos -dije, él me mira con ganas de golpearme mientras se sujetaba la nariz.
-Pero bien que aún así te entregaste a mí para que yo sea tu primera vez.
-¡Tú insistías! ¡Yo te quería y tú lo sabías! ¡No dudaste en usar mis sentimientos en mi contra! ¿Pero sabes qué?
Apreté los dientes con tanta rabia que pareciera que iban a romperse por la presión, bufé y lo miré con una sonrisa amarga.
-Pero aunque fuera mi primera vez, pude saber muy bien lo que es tener un terrible sexo. No solo porque me lastimaste al hacerlo, sino porque la tienes más pequeña que comparada con la de todos los demás.
-Claro, puedes compararme porque eres una puta zorra que se acuesta con todos.
Hunter trató de pasar por mi lado para golpearlo pero lo detuve. Me mira queriendo saber porqué no lo dejaba matarlo a golpes, pero yo seguí hablando.
-¿Y tú eres diferente? -me reí sarcástica-. Mira tú, el perro hablando de pulgas. En serio no entiendo qué vi en ti. Pero debo agradecerte, ya que aprendí de ti, porque de los errores se aprende ¿no?
-Créete todo lo que quieras, pero aún piensas en mí, aún me extrañas.
Me reí con fuerza nuevamente, como si me hubieran contado el mejor chiste de la historia.
-Lo haría, te extrañaría, pero lamento decepcionarte, otro ya se encargó de que no lo haga. Y créeme, con él... tengo el mejor sexo de toda mi jodida vida.
Me di la vuelta hacia Hunter quien sonreía, lo tomé por el cuello y lo besé con intensidad. Él toma mi cintura y me apega hasta su cuerpo.
-¿Nos vamos? -pregunté al separarnos.
-Claro, princesa -responde.
Cruza su mirada con la de Marcos con una sonrisa de burla pegada en sus labios, mientras que Marcos nos fulminaba. Hunter apoya su brazo sobre mis hombros y me lleva hasta su auto, alejándonos del tipo con la nariz rota.
Todo alcohol o buen humor en mi cuerpo desapareció al instante, los recuerdos caen sobre mí como un balde de agua fría. Instantáneamente, al subir al auto, elevé mis pies en el asiento para abrazar mis rodillas y esconder mi rostro entre estas.
Sentí a Hunter subir al auto y rodearme con sus brazos, me atrajo hasta él para sentarme en su regazo. Acarició mi cabello mientras yo no podía evitar sollozar.
-No comprendo bien lo que pasó con ese tipo, pero te aseguro que yo no haré nada para hacerte llorar... lo prometo.
Me besa tiernamente la frente, consiguiendo que sonría mientras seguía sollozando.
-Gracias... -murmuré-. Hunter en serio gracias... por aparecer en mi vida.
-Eso debería de decírtelo yo, princesa.
Me sonríe y aparta unos mechones de cabello para colocarlo tras mi oreja, su mirada era tan tierna que me hacía sentir extraña de nuevo.
Sentía en mi pecho que debía decirle todo... que él tenía que saber... pero otra parte de mí, la parte insegura, se pregunta si... ¿Eso le importará?
-Cuando estés lista quisiera que me cuentes lo que pasó... quiero conocer todo de ti, quiero saber cómo ayudarte.
Abrí los ojos aún más grandes, lo miré de nuevo pero solté un suspiro antes de acurrucarme contra él.
-Vamos a tu casa... quiero salir de aquí -pedí.
Él asintió sin decir más nada. Me coloqué de nuevo en el asiento del copiloto para dejarlo conducir. Hunter arranca el auto pero su mano, que debería estar en la palanca de cambios, se queda agarrándome la pierna y acariciandola con su pulgar.
Yo solo miraba su mano pero la mía se mueve casi en automático y comienzo a rozar mis uñas contra ella, una y otra vez. Él da la vuelta su mano y me hace una seña para que le pasara la mía y así lo hice, entrelaza nuestras manos y las coloca sobre la palanca.
Sonreí levemente.
Miré a Hunter, quien traía una sonrisa en su rostro, pero levanta nuestras manos y las acerca a su boca para depositar un tierno y largo beso en el dorso de mi mano, después las lleva de regreso sobre la palanca de cambios.
Suspiré atontada por él... aunque lo disimulé haciéndolo creer que fue un suspiro de querer dormir. De verdad... agradecía tanto el que Hunter apareciera, pero solo espero no estar abrumándolo con mis problemas...
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LA POPULARIDAD NO LO ES TODO
Romance¿Recuerdan el cliché más popular? Aquella típica historia donde la nerd se enamora del chico más guapo y deseado del instituto. ¿Qué pasaría si todo eso ocurre, pero desde otra perspectiva? Desde el punto de vista de, nada más y nada menos, que la...