Capítulo 49

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LIA

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LIA

Metí las manos bajo el chorro de agua y, mientras las lavaba, eché un rápido vistazo a mi reflejo en el espejo ovalado que tenía delante. Esta mañana por fin había visitado a Austin y ahora mi cabello, que había alcanzado un poco más allá de mis hombros, volvía a estar corto gracias a él. En realidad, estaba más corto que nunca, porque en esta ocasión opté por un corte pixie, pero me sentía muy satisfecha con el resultado.

Me sequé las manos con la toalla dispuesta para ello y luego salí a encontrarme con mis padres. Me hallaba en Newark con ellos, aunque no por mucho tiempo. El sábado hablé con Daniel y él aprobó mi apresurada solicitud de vacaciones, aunque lamentó el hecho de que no estaría cerca para vigilar a Ron durante estas semanas.

—¿Todo listo, cariño? —me preguntó mamá al verme entrar a la sala donde papá leía un libro y ella bordaba flores en el mandil que usaba para pintar.

—Sí, ya tengo todo en el auto para irme.

Papá dejó el libro de lado y me miró por encima de sus lentes de lectura.

—Irás primero a ver a tu hermano, ¿verdad? —me cuestionó.

—Por supuesto, ya lo acordé así con Ashton.

Papá asintió y mamá suspiró con enfado.

—¡Ese chico bobo! Por favor dile a tu hermano que, si no tengo pruebas de que ha ido al dentista para mañana, iré yo misma a llevarlo de la oreja.

Reí.

—Tiene veintitrés años ya, no puedo creer que todavía haga dramas por el dentista —comentó papá mientras negaba con la cabeza.

—Ya le he sacado una cita para que lo atiendan, no se preocupen.

—Pues más le vale ir —amenazó mamá.

Comprobé la hora en la pantalla de mi celular y solté un suspiro.

—Sí, y será mejor que me vaya ya o llegaré tarde. —Uní las manos al frente y miré a mis padres—. Mamá, papá... gracias por este fin de semana, por escucharme sin prejuicios, por no enojarse conmigo y, sobre todo, gracias por entender y apoyar las decisiones que he tomado.

Papá fue el primero en ponerse de pie y venir a envolverme en un abrazo. Luego acunó mi rostro entre sus manos y me contempló con orgullo.

—Siempre he sabido que eres fuerte, lista y valiente, Pequeño Tigre. Una vez más me lo has demostrado. —Besó mi frente—. Ve con cuidado y llama cuando hayas llegado. Que todo te salga bien.

Mamá, que también se había acercado, me apretujó en un abrazo de despedida.

—Eres y serás siempre nuestra hija. Nuestra Lia. Para toda la vida, cariño. —Me besó la mejilla—. Lo que diga la gente de ti no tiene importancia mientras tú sepas quién eres en realidad.

Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora