Capítulo 9

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BLAKE

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BLAKE

Tuve que detenerme a pensar qué tanto me gustaba Lia Banfield mientras tomaba una ducha a las casi cinco de la mañana solo para poder verla durante una hora antes de volar a Las Vegas. Carajo, pues sí, ella me gustaba demasiado.

En las últimas semanas, entre las grabaciones de la película y los compromisos de la banda, conseguir dormir el mayor tiempo posible era una necesidad más que un privilegio. Pero sacrificaba de buena gana ese tiempo extra de sueño para poder pasar un rato con ella antes de irme por una semana entera a Las Vegas.

Y es que, aunque las oportunidades para vernos en persona habían sido limitadas, las cosas entre nosotros marchaban muy bien. Se sentían mejor que bien. Luego de mi viaje relámpago a Toronto no nos habíamos reunido, cierto, pero manteníamos el contacto por medio de llamadas, mensajes y videollamadas. Las cosas fluían de forma natural entre nosotros y tener la oportunidad de conocerla más, del modo en el que siempre quise, era una maravilla.

Jim pasó a recogerme de forma puntual y, tras cargar mi equipaje en el maletero, me llevó al restaurante de Connor Colbung, un viejo amigo al que conocí un par de años atrás mientras ambos esquiábamos. Connor aún no llegaba, pero dejó instrucciones para que sus empleados nos atendieran con esmero.

Comprobé la hora en mi reloj, eran las 6:03 AM. Lia me había enviado un mensaje para avisar que ya estaba cerca, no debía demorar mucho en llegar.

Miré entonces a Jim, que tenía las manos entrelazadas al frente mientras fingía ser un objeto inanimado. Joder, era incómodo. Él siempre actuaba súper serio a mi alrededor y no me hablaba a menos que fuera absolutamente necesario. A mí me gustaba hacerme amigo de la gente con la que trabajaba, pero me daba la impresión de que eso sería un reto imposible con Jim.

—¿Ya has desayunado, Jim? ¿No quieres sentarte? —pregunté en un intento más por entablar conversación con el hermético guardaespaldas.

—Ya he desayunado, señor Walker, muchas gracias. —Su frente se arrugó—. Señor, si le parece bien, me retiraré para que pueda tener algo de privacidad. Pero estaré lo suficientemente cerca por si me necesita, pierda cuidado.

—Vale, Jim, gracias —respondí sin más remedio.

Él afirmó con la cabeza antes de alejarse del área privada que Connor había ordenado se preparara para mi visita. Esbocé una mueca. Como dije antes, Jim era un reto imposible.

Solté un suspiro y, mientras esperaba, tomé dos cucharas y las usé como baquetas sobre la superficie de la mesa. Enseguida los golpecillos tomaron el ritmo de una vieja canción de BadBoy.

—Ah, vaya. ¿Haciendo alarde de tu talento con la batería? Hola, Blake.

Detuve el movimiento de mis manos, levanté la mirada y sonreí. Lia estaba de pie en la puerta con sus jeans, botas, suéter de punto gris y una bufanda rosa alrededor del cuello.

Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora