Capítulo 50

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LIA

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LIA

Estaba embarazada. No es que fuera una sorpresa, pero la palabra «positivo» en la hoja del resultado médico lo había vuelto muy real y me había conmocionado por unos buenos minutos. Cuando Blake me preguntó qué me sucedía y quiso saber si había cambiado de parecer sobre seguir adelante con el embarazo, me eché a llorar.

—¡Oh, Dios mío! —sollocé—. Si los cálculos son correctos... ¡he pasado casi tres meses embarazada sin enterarme, Blake! Y todavía quiero a esta galletita en mi horno, ¡pero creo que voy a ser una mamá horrible!

Vale, quizá no era tanto como que no estuviera enterada. Es decir, la sospecha estaba allí. Pero... ¡vamos! Nunca hubo ese instinto en mí que me asegurara con certeza que un bebé se estaba formando en mi vientre.

Blake me miró con mucha seriedad por un instante. Entonces... el muy maldito estalló en risas. Luego me rodeó los hombros con un brazo y me llenó de besos la cara.

—¡Dios mío, Banfield! Juro que no podría hacer esto de ser padre con alguien que no fueras tú.

Sorbí la nariz y puse los ojos en blanco.

—No seas idiota. Claro que podrías, solo tendrías que usar tu...

Su boca encontró la mía y me hizo callar el resto de la oración con un beso que me puso a flotar en una nube de dicha como si nada más importara en el universo. Cuando sus labios se separaron de los míos, mantuvo su mano en la parte trasera de mi cabeza y su frente aplanada contra la mía.

Sonrió.

—No serás una mamá horrible, Lia. Tal vez gruñona sí, pero no horrible.

—¡Oye!

Blake rio.

—No te preocupes, es parte de tu encanto. Bueno, no sé si nuestra galleta lo encontrará como un rasgo encantador cuando sea adolescente, pero te aseguro que yo sí y eso es lo que importa porque soy yo el que se quedará contigo cuando seamos viejos.

Reí y negué con la cabeza. Blake besó la punta de mi nariz.

—Sí que eres un idiota, Walker. Pero uno que me fascina y que sabe qué decir para alejar mi angustia. Gracias.

—Siempre a tu servicio, Banfield.

Por un rato ninguno dijo nada más. Nos acomodamos contra la cabecera de la cama y él mantuvo su brazo alrededor de mis hombros. Su dedo acariciaba de forma distraída mi piel. Después de la reciente confirmación que acabábamos de recibir, fue un silencio agradable. Creo que ambos usamos ese tiempo para asimilar un poco las cosas.

—No puedo creer que de verdad esto está pasando, Blake. Lo supimos con certeza hace unos minutos, pero la cosa es que dentro de solo un par de meses nuestra galleta estará fuera del horno y...

Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora