LIA
La ansiedad no se iba. Los últimos días no habían sido fáciles y la realidad era que cada vez me costaba más trabajo pretender que todo estaba bien.
Mordía la uña de mi pulgar con inquietud mientras mi mente era atacada por pensamientos tormentosos, entonces noté algo frío en mi brazo que me hizo respingar y alejarme por inercia. Parpadeé, confundida, y descubrí que Allen me miraba con las cejas enarcadas mientras sostenía la lata de soda que, por alguna razón, apoyó contra mi brazo antes. Entrecerré mis ojos hacia él.
—¿Qué?
Allen pasó una mano por su cabello negro para alejarlo de su frente y miró hacia atrás antes de que sus ojos marrones se posaran de nuevo en mí.
—Esta mierda me asusta —declaró mientras se dejaba caer a mi lado, en el sofá—. ¿Qué pasa con ella, Jackson? La estamos perdiendo.
—¿Perdiéndome? No están perdiéndome, claro que no, nadie me pierde. ¿Por qué me perderían? Aquí estoy, ¿me ves perdida? No, si estuviera perdida entonces no me estarías viendo en este momento, Allen —balbuceé.
Jackson se acercó con dos sodas en las manos, una de las cuales me entregó, y un paquete de sus galletas favoritas de chispas de chocolate bajo el brazo.
—Y seguro esa es una respuesta normal y para nada extraña, Lia —ironizó mientras se sentaba en el mullido puff que estaba a unos pasos de distancia—. ¿Y las ojeras? Claro, esa es cosa del diario. Lo usual. Te sientan bien. No tan bien como a los pandas, pero igual diremos que bien.
Rodé los ojos y oí a Allen reír por lo bajo. Allen por lo usual no era muy risueño, vivía con un permanente ceño fruncido, mirada irónica y actitud indolente. Jackson lo molestaba diciéndole que era agrio como un limón. Ellos eran mis amigos más cercanos desde que llegué a Beat.
Además de Carter, por supuesto.
Aunque, claro, ahora mismo no estaba segura de que mi amistad con Carter siguiera vigente. Él no respondía mis mensajes ni atendía mis llamadas y se esfumaba como por arte de magia cada vez que nos topábamos en la empresa. Lo cual era una mierda porque yo en verdad lo extrañaba y me hacía falta uno de sus consejos. O al menos hablar con él, solo eso.
—¿Segura de que estás bien? —preguntó entonces Allen, sus cejas se juntaron mientras me miraba con preocupación.
—Estoy bien —aseguré, inhalé hondo y exhalé antes de hacer una pequeña mueca—. Como que extraño a Emma, eso es todo.
—Ah, cierto. Emma. No ha venido por lo del voluntariado que está haciendo, ¿no? —comentó pensativo antes de darle un sorbo a su soda.
—La pequeña Lia está creciendo, Allen, ella tiene dos amigas mujeres ahora cuando eso parecía algo imposible de ocurrir. Me debato entre sentirme orgulloso de su progreso para socializar con chicas o estar triste porque creo que terminará abandonándonos por ellas.
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Definitivamente más que atracción [BB #2]
RomanceDos años después de conocerse, la atracción entre Blake y Lia solo ha ido en aumento. Cuando finalmente caen, ambos saben que ya no hay vuelta atrás. Lidiar con las consecuencias de lo que han hecho no será cosa sencilla. Quizá lo más difícil para...