Definitivamente más que atracción [BB #2]

Capítulo 30

LIA

Estaba despatarrada en el sofá de la sala de ensayos de Heaven mientras ella cantaba y seguía instrucciones de Brooke, su entrenador vocal. Era una suerte que el estúpido Ron tuviera que salir de la ciudad y Lori me hubiese pedido que asistiera a Heaven para cumplir todos sus pendientes del día.

No pude evitar aplaudir al mismo tiempo que el entrenador cuando ella terminó de cantar la última canción de una forma espectacular.

—Llenarás estadios, niña —la elogió Brooke con una mirada de admiración—. Tienes una voz preciosa y hoy lo has hecho excelente. Vamos a dejarlo hasta aquí, ¿te parece?

Heaven pasó una mano por su frente para secarse el sudor y asintió con una sonrisa. Brooke le entregó s botella de agua.

—Te veré el jueves, cariño. —Le dio un par de amistosas palmaditas en el brazo y procedió a tomar sus cosas para marcharse—. Hasta luego, Lia.

Sacudí mi mano en su dirección y él abandonó el salón de ensayos.

Heaven vino conmigo y se dejó caer a mi lado.

—¿Cómo van esas canciones para el próximo álbum?

Ella soltó un largo suspiro.

—Bastante bien, para ser honesta. Las letras y la melodía están fluyendo. Claro que todo debe ser supervisado por los expertos después, pero me siento confiada en la mayoría de mi trabajo.

—¡Eso es, chica!

Acerqué mi puño para que lo chocara con el suyo.

—¿Qué hay de ti? ¿Todo bien?

—Sigo inquieta por el asunto con Carter, pero trato de manejarlo —admití.

—¿Hablaste con Blake?

Asentí con la cabeza.

—No creo que ninguno de los dos quiera renunciar a Carter y al mismo tiempo no queremos terminar lo que tenemos. Le he dicho a Blake que no debemos sentir culpa, me lo digo varias veces al día también, pero no puedo evitar pensar... ¿somos un par de hijos de puta que se están condenando por esto?

Ella me dio una palmada en la pierna y yo me quejé.

—No seas idiota, Lia. ¿Por qué tendrían que terminar lo que hay entre ustedes? Ya te dije lo que opino al respecto, no me hagas comenzar otra vez.

Chasqueé la lengua y tomé una profunda bocanada de aire.

—Oye, deberías ir a ducharte ya —cambié de tema—. Tenemos que llegar puntuales al estudio de televisión del programa al que te invitaron.

—Es donde podré cantar en vivo, ¿cierto?

—Así es. Y habrá público presente, vi que tus fans inundaron de comentarios la publicidad que ellos publicaron en sus redes sociales. Todos quieren estar allí para verte.