Definitivamente más que atracción [BB #2]

Capítulo 12

LIA

Tuve mi videollamada con Emma mientras tomaba un desayuno ligero. Ella dijo que su amiga Kate se encontraba mejor de salud y mencionó que había ocurrido algo importante con James en este viaje, lo que me dejó muy pensativa. ¿Era posible que él sintiera algo por Emma? No estaba segura. Pero James la había acompañado a Texas cuando Emma se enteró del accidente de Kate y le hizo compañía hasta el día de ayer. Quizá ella no le era del todo indiferente, como él se esforzaba en aparentar.

Suspiré y terminé de desayunar para luego ir a alistarme para mi cita con Blake.

¡Carajo! Otra cita con Blake Walker. Tenía que admitir que me ponía algo ansiosa al pensar en lo mucho que traté de evitar que ocurriera esto con Blake y lo mucho que disfrutaba desde que dejé de evitarlo. Y la verdad es que me asustaba... Dios, me aterraba darme cuenta de qué tanto me gustaba este hombre.

Antes de darme cuenta, la hora de reunirnos llegó.

Eché un vistazo rápido por el espejo retrovisor, en el auto de atrás se encontraba el guardaespaldas de Blake. Y Blake se hallaba sentado junto a mí, en el asiento del copiloto.

—¿Te incomoda la escolta?

Parpadeé y, aunque no volteé a verlo porque estaba conduciendo y necesitaba mi vista en la vía, negué con la cabeza.

—Él solo hace su trabajo.

—A mí a veces me incomoda —admitió con aire pensativo—. Es un hombre algo... esquivo.

—Tal vez solo se trata de que perdiste la costumbre de ir a todos lados acompañado, Blake.

—No lo sé, quizás. La verdad es que creo que a veces espero que todos sean como Rafiki. Él se hizo parte de la familia, con Jim eso parece imposible.

—Oh, vamos, solo dale algo de tiempo al hombre —aconsejé—. Ahora... ¿Rafiki? ¿Cómo en el Rey León? ¿Es una broma?

—No. Digo, ese no es su nombre real, claro, pero Logan...

—Ah, no digas más —le interrumpí—. Me quedó claro en cuanto mencionaste a Logan.

Blake rio.

—Pues eso. ¿Qué te puedo decir?

Sonreí y negué con la cabeza. Ya todos conocíamos cómo era Logan y esa necesidad fastidiosa suya de ponerle motes a cada persona a la que conocía.

En la radio, una canción de Black Poison comenzó a sonar y yo esbocé una mueca al instante. Blake comenzó a tamborilear sobre sus piernas al ritmo de la música y yo mordí mi labio inferior porque se veía que lo disfrutaba y no quería quitarle eso, pero tuve que hacerlo. Con algo de culpa alargué una mano y apagué la radio.

—Lo siento... me desconcentra para conducir.

Él me miró con algo de desconcierto, pero asintió.