Capítulo 42

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LIA

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LIA

Contuve el aliento cuando vi que el correo que había enviado días atrás por fin obtenía una respuesta y me apresuré a dar clic para abrirlo.

Querida Lia:

¡Claro que te recuerdo! Y me da un gusto enorme escuchar de ti luego de tantos años. ¡Joder! Espero tú, Anthony, Bianca y el pequeño Ashton, que ya no debe ser tan pequeño, se encuentren de puta maravilla.

Yo estoy muy bien, gracias por interesarte. Me he vuelto a casar y, además de mis dos hijos mayores que llegaste a conocer, aunque quizá ya no los recuerdes, ahora tengo a otras dos pulgas rubias que van a enloquecerme.

En cuanto a lo que me preguntas, me temo que no tengo mucha más información de la que ya posees. Sin embargo, se me ocurre un cabrón que podría saber más que nosotros dos al respecto.

En este momento el hijo de puta se encuentra perdido en algún lugar de la India y no ha atendido el teléfono en semanas, pero le preguntaré apenas que pueda contactarlo y te informaré de su respuesta, si te parece bien.

Me despido de ti con la esperanza de poder reunirnos pronto.

Sinceramente,

Billy.

PD. ¿Puedes enviarme el número telefónico de Tony? ¡Qué ganas tengo de saludar al viejo!

Solté un suspiro de frustración, porque no había avanzado nada en mi búsqueda, pero enseguida sacudí la cabeza y me propuse responderle a Billy con la misma amabilidad que él me había escrito.

Acababa de enviarle mi respuesta cuando Ashton salió de la cocina con una caja de galletas de maple en las manos. Esa era mi última caja de galletas.

—¿A qué hora nos vamos?

—¿Te estás comiendo mis galletas?

Ashton abrió mucho los ojos y se detuvo a mitad de camino de llevarse una a la boca.

—Oh... ¿son especiales o algo?

Tomé un respiro hondo y me mordí el labio superior.

—Solo... no te las comas todas, por favor. Creo que es mi última caja.

No iba a ponerme a llorar porque mi hermano se comiera unas simples galletas. Aunque no fueran unas simples galletas, porque Blake había hecho que me las entregaran hasta mi puerta con una nota donde explicaba que su papá las envió para mí. Y yo extrañaba a Blake, pero no podía verlo básicamente por mi propia culpa, porque yo había tomado una decisión, y las cosas no parecían mejorar.

—Vale... ¿va todo bien? —Entrecerró los ojos—. Siento que estás medio sensible.

—El estrés me va a enloquecer —resoplé.

Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora