Capítulo 34

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LIA

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LIA

Pasé al supermercado luego del trabajo, compré un par de cosas que me hacían falta y luego fui a casa. Quedaba todavía media hora para que dieran las nueve, lo que significaba que Blake llegaría pronto. Traté de no pensar demasiado en ello y mejor mantener mi cabeza ocupada o terminaría por arruinarme con los nervios.

Tomé una ducha sin mojar mi cabello, cepillé mis dientes y me vestí con un cómodo pijama de short rosa y un top holgado de tirantes. Me asomé por la ventana a la calle, era una noche tranquila de lunes y lloviznaba, así que no había mucho movimiento.

¿Por qué estaba tan preocupada por esto? No podía ser tan difícil. Había hablado con Blake cientos de veces ya, habíamos hecho mucho más que hablar. Me sentía cómoda a su alrededor... lo quería, ¡joder! Quería a Blake. Y ahora solo me parecía difícil todo esto porque había estado molesta con él, nos distanciamos y las cosas no eran claras entre nosotros.

Él cometió un error con lo de Zara, de acuerdo. Y quizás si yo fuese otro tipo de persona hubiésemos arreglado las cosas antes, pero no lo era. Era mi dolor, era mi enojo, mis emociones, solo podía lidiar con ello a mi manera. El tema todavía me molestaba, pero extrañaba demasiado a Blake como para no intentar arreglarnos.

Pasé con frustración una mano por mi cabello, que ya necesitaba un corte, y fui a servirme una copa de vino. No pretendía embriagarme, solo era para relajarme.

Pasó una hora entera y bebí otras dos copas de vino.

Entonces recibí un mensaje de texto suyo.

Blake: Lia, lo lamento. Se ha complicado... asuntos con la puta aerolínea. Estamos arreglando las cosas para que nos lleven a nuestro destino correcto tan pronto como sea posible. No sé a qué hora llegaré :(

Yo: Oh... entiendo. Ojalá lo solucionen pronto :(

Dejé mi celular a un lado con una mueca de decepción y bebí otra copa de vino.

¿Cuántas posibilidades había de que algo como lo que le acababa de pasar a Blake ocurriera? ¡Dios! No pude evitar pensar que, si existía algo como las fuerzas misteriosas del destino, esas que obraban en las vidas de todos a su antojo, entonces ellas acababan de interponerse en nuestro camino.

Tal vez como castigo por lo de Carter.

Joder.

Sacudí la cabeza y bebí más vino. Quería quitarme ese pensamiento de encima. La mayoría de las veces conseguía hacerlo porque recordaba mis conversaciones con Heaven y me regañaba para no ser idiota, pero esta noche resultaba especialmente difícil ser razonable.

Terminé el resto de líquido borgoña de mi copa, fui a guardar la botella y apagué las luces en mi camino a la cama.

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Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora