Capítulo 35

6.3K 1K 508
                                    

LIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LIA


Mi corazón se hundió y el estómago se me revolvió al escuchar lo que dijo mamá.

—¿Le has avisado a Ashton ya? —no sé de dónde saqué las fuerzas para hablar, la voz me temblaba y tenía el teléfono apretado en mi mano.

—No, no... —sorbió la nariz—. Te he llamado primero.

—Bien. Yo me encargo de él —prometí—. Avísame en qué hospital está papá, te veremos allí.

Corté la llamada con mamá, me llevé una temblorosa mano a la boca y entonces dejé escapar un sollozo. Lágrimas resbalaron por mis mejillas. Nunca la había escuchado así de asustada y lo que dijo me caló hasta los huesos.

Papá tenía que estar bien... él no podía... no.

Tenía que estar bien.

Me puse en pie y tomé mi bolso a las prisas. Las palabras de mamá daban vueltas en mi cabeza. Me sentía pálida y temblorosa, con un molesto pitido en mis oídos. La imagen de papá tintineó en el fondo de mi mente, la idea de perderlo me golpeó con fuerza al segundo siguiente y entonces tuve que correr a la papelera más cercana a vaciar mi estómago.

¡Maldita sea!

Estuve con la cabeza metida en la papelera hasta que solo un líquido ácido pasó por mi garganta y los ojos se me pusieron llorosos por las arcadas. Una chica que pasaba por allí y me vio, no dudó en auxiliarme. Me ofreció agua y papel para que pudiera limpiar mi desastre.

—Siéntate un momento, ven.

Me llevó hasta una banca que estaba cerca y me abanicó el enrojecido rostro mientras yo limpiaba con el papel los restos del vómito de mi mentón.

—Déjame acompañarte a la enfermería, chica, no te ves nada bien.

Negué con la cabeza y, aún con el sabor amargo del vómito en la garganta, me puse en pie.

—No, debo irme ahora.

Ella trató de detenerme, yo manoteé para que me dejara tranquila y me metí en el ascensor. Salí hecha un rayo de la empresa, ignorando a todos, y me subí a mi auto. Entonces tomé una respiración honda y me miré en el espejo retrovisor, mi reflejo me devolvió una mirada desquiciada.

«Mantén la calma, Lia Banfield», me ordené. «Tienes que mantener la puta calma y ser fuerte. Por Ashton, por mamá y papá».

Sacudí la cabeza y puse toda mi concentración en conducir hasta el centro de rehabilitación donde trabajaba Ashton, siguiendo las indicaciones del GPS. Cuando llegué allí y entré a buscarlo, una de sus compañeras se encargó de llevarme a donde estaba él.

—Lia —me sonrió, pero la sonrisa se borró cuando se fijó bien en mí—. ¿Qué diablos? ¿Qué te sucedió? ¿Eso es vomito en tu blusa?

—Ashton...

Definitivamente más que atracción [BB #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora