Definitivamente más que atracción [BB #2]

Capítulo 24

LIA

Blake se estremeció debajo de mí, las venas de su cuello seguían resaltadas mientras el sudor corría por su piel, pero el agarre de sus manos en mis caderas comenzó a aflojar. Le sonreí, satisfecha y con la respiración agitada, y él alcanzó mi boca para besarme mientras sus músculos se destensaban.

—Debo irme ya —puse una mano en su mejilla—. Le dije a Ashton que lo acompañaría a Newark.

Blake volvió la cara y besó la palma de mi mano, lo que me provocó una sonrisa.

—Vale. Yo tengo llamado para rodar en un rato. ¿Vuelven hoy?

Negué con la cabeza. Apoyé mis manos en sus hombros y me levanté de su regazo con un respingo y las piernas temblorosas.

—Mañana por la tarde —recogí toda mi ropa y caminé hacia el baño, pero me detuve en la puerta antes de entrar—. ¿Tienes trabajo o podemos terminar de ver los dos capítulos que nos faltan de la serie?

Él volteó a verme mientras se deshacía del preservativo en la papelera.

—Reviso el correo que me envió Mike y te confirmo, ¿vale? Hay toallas limpias en la repisa.

Asentí y me metí al baño.

Cuando salí más tarde ya iba vestida con la misma ropa con la que había llegado el día anterior para la cena con Eric y mi cabello estaba húmedo, porque el plan no era que me quedara a dormir anoche. Así como tampoco se suponía que nos quitaríamos la ropa después de desayunar, pero ambas cosas sucedieron.

Blake, que ya vestía un pantalón de chándal negro, estaba sentado en el sofá con su computador portátil en las piernas. Levantó la vista hacia mí.

—Tengo llamado al set mañana a las diez, si no hay complicaciones es posible que termine temprano.

—Pues ojalá que no las haya, tenemos un final de temporada que ver.

Me senté a su lado un momento. Él sonrió y besó mi frente.

—Me has vuelto un adicto a las series, Banfield. Yo no era una persona de pasar horas viendo televisión.

Reí.

—¿Lo siento?

Él frunció sus labios contra los míos.

—Pero honestamente creo que no lo haría por mi cuenta. Me gusta ver series contigo y escucharte pelear con los personajes como si ellos te pudieran oír.

—Si algunos de ellos me hubiesen escuchado quizá seguirían con vida —bromeé.

—Estoy seguro de que sí —rio Blake.

—Como sea, ya me voy —le di un beso en los labios como despedida y me puse de pie—. Te escribiré más tarde, hombre que respira arte.

Señalé el tatuaje en su brazo derecho que rezaba con letras pequeñas tipo máquina de escribir «Respiro arte». Él me envió un beso soplado y yo tomé mi bolso para irme.