Definitivamente más que atracción [BB #2]

Capítulo 1

BLAKE

Nueve días más tarde, todavía no podía dejar de pensar en Lia Banfield. Ella seguía en mi mente, y los recuerdos de nuestro encuentro en el resort eran una dulce tortura. Era frustrante que las cosas terminaran de una manera tan jodida entre nosotros.

—¿Blake? —Mike enarcó las cejas hacia mí, esperaba una respuesta.

­Mierda. ­

Parpadeé, me removí en la silla y enderecé la espalda. Le di una rápida mirada a los hombres con los que compartía la mesa, lo cierto era que no les puse atención.

—Lo lamento, ¿podrías repetir lo que dijiste?

Mike le ofreció una breve sonrisa de disculpa a Graham Dempsey y a su asistente. Respiré hondo.

—Graham dice que le gustaría darte más tiempo para tomar la decisión, sin embargo, dado que ellos tendrán que ajustarse a tu agenda y compromisos en caso de que decidas aceptar el rol en la película, el tiempo máximo que pueden esperar por tu respuesta es una semana —me explicó Mike.

—Hemos traído una copia del guion para que lo leas y examines durante los próximos días —indicó Dempsey antes de tender la mano hacia su asistente, quien enseguida le entregó un sobre manila de aspecto pesado—. Si te gusta lo que encuentras aquí, Blake, y crees que eres capaz de desarrollar el personaje, esperamos una respuesta positiva de tu parte el próximo lunes.

Me entregó el sobre y, tras comprobar la hora, se puso de pie. Su asistente, Michael y yo lo imitamos.

—Lamento que esta reunión sea tan apresurada, espero la siguiente vez tengamos más tiempo para conversar y conocernos mejor. —Sonrió—. Michael, hermano, siempre es un gusto saludarte.

—Lo mismo digo, Graham —aseguró Mike mientras le aceptaba el apretón de manos.

—Blake —Dempsey se dirigió a mí con una sonrisa afable y me ofreció la mano también—, espero con ansias poder trabajar contigo. Creemos que eres el hombre capaz de darle vida a Cato McAllister en Líneas enemigas. Por favor piensa detenidamente en nuestra propuesta.

Asentí y le estreché la mano.

—Lo haré.

—Colin... —fue todo lo que dijo Dempsey antes de que su asistente se despidiera a las prisas de nosotros y lo siguiera fuera del restaurante.

Me dejé caer en la silla con algo de pesadez y pasé una mano por mi cabellera. Michael tomó asiento también, noté el peso de su mirada sobre mí. Sus ojos azules me observaban con lo que parecía preocupación.

Compuse una mueca.

—Vamos, hombre, habla de una vez. ¿Qué te pasa? No es común en ti tener que pedir que te repitan las cosas. Algo te tiene así. ¿Qué es lo que te preocupa?