Capítulo 49

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Anna

Me encuentro inmovilizada contra el suelo, me intento zafar de su agarre a pesar de que me aseguró que no me haría daño no consigo confiar en sus palabras. Nuevamente trato de soltarme y logro golpearle levemente la barbilla con mi cabeza. 

Creo que el impacto lo hace reflexionar porque sugiere liberarme y añade—. Por favor no grites, si lo haces mi vida correrá peligro.

Analizo brevemente su sugerencia y termino por aceptarla, algo me dice que debo escucharlo, solo espero no equivocarme. Percibo como el peso que me retenía es liberado y consigo levantarme. Me topo con unos ojos verdes idénticos a los míos que me devuelven la mirada, siento como mi garganta se aprieta ante la simple posibilidad de aquel hombre que se encuentra ante mí, se trate de mi padre biológico. Trato que el shock no se vea reflejado en mi rostro, podría tratarse de una trampa.

—Tranquila, no he venido hacerte daño, sé que la primera impresión no fue la mejor —dice divertido—, me presento mi nombre es Nicolas Lought, actual líder de los cazadores Zernatt y por difícil que sea de creer tú padre.

Cuando pronuncia la última frase no puedo evitar que mi cara se descomponga, ¿sabe de mí?, ¿por qué no vino antes?, ¿busca venganza?, una infinidad de preguntas se comienzan a agolpar en mi mente. Mi pecho se aprieta ante la posibilidad de que se trate de un engaño y yendo en contra de mis anhelos contradigo sus palabras.

—Disculpe señor Nicolas, pero no sé de que está hablando, creo que se esta confundiendo de persona.

Él sonríe como si se esperara dicha respuesta—. Entiendo que no me creas, pero te lo aseguro, que el hecho de que no te puedas transformar no es casual.

—¿Cómo...? —en ese instante me percato de mi error, debería haber mentido.

—Como sé eso —me interrumpe—, nosotros también disponemos de ciertas fuentes de información —luego hace un pausa y observo como sus ojos se vuelven nostálgicos—. Anna era el nombre de tu abuela. Si eras niña era así como habíamos acordado llamarte con tu madre, eres idéntica a ella.

En ese instante recuerdo la fotografía que vi en su relicario e inevitablemente mis ojos se llenan de lágrimas, a continuación soy envuelta por un par de brazos que me reconfortan.

—Yo también la extraño —susurra.

—¿Cuando te enteraste de mi existencia? —pregunto, de acuerdo a la carta de Sophia, fue solo idea de ella dejarme con los Beckett.

Ante mi consulta noto como la tristeza comienza a cubrir su rostro—. Hace casi un año atacamos esta aldea, escuche alguien gritar tu nombre, me acerque al lugar y te vi tendida en suelo herida por una flecha lanzada por uno de mis hombres e inmediatamente di la orden de retirarnos del lugar.

—Estuve a punto de morir —murmuro, recordando el dolor de aquella flecha que perforó mi espalda.   

—Lo sé y diga lo que diga, sé que no servirá para reparar el tiempo que perdiste. 

—¿Por qué tardaste tanto?

—Al principio creí que podía ser una coincidencia, pero entre más averiguaba, menos dudas me quedaban de que eras mi hija. Llegue a escuchar que paralizaste a un lobo con un disparo.

Quedo admirada por todo lo que ha podido averiguar, pareciera que tuvieran espías dentro del pueblo, en ese momento recuerdo que andaban sondeando nuestras defensas.

—¿Quieren atacar de nuevo? —interrogo alarmada.

—No, solo soy yo, quería conocerte, aunque supongo que el sentimiento no es mutuo, deseaba que siguieras ignorante de tus orígenes, no debe ser lindo saber de tu padre es un cazador, preferiría que me odiaras, pero no odies a tu madre por la decisión que tomo.

—No los odio y  tampoco odio ser mestiza, la verdad es que me ha salvado en más de una ocasión dichas habilidades —recuerdo las pruebas que me puso el concejo—. Sophia me dejó  un relicario —lo veo sonreír ante la mención de este—, y una carta donde me explicó su historia, ¿la amabas? 

—Por difícil que sea de creer hasta el día de hoy y por lo que me quede de vida.

En ese momento veo el reloj de la pared, recuerdo que Dante esta por volver y aún no estoy segura si debería contarle o no sobre esta visita, no deseo colocarlo en una posición incómoda.

—Deberías marcharte, es peligroso.

—Lo sé, deseo tanto quedarme, pero antes de irme debo informarte de algo, no quiero que pienses que solo vine para aprovecharme de ti, es solo que también soy líder de un pueblo, y como tal tengo ciertas obligaciones, personas que dependen de mí, pero quiero que sepas que la decisión es tuya, cualquiera sea, la respetaré y no te presionaré, ¿de acuerdo? —Asiento aunque no entiendo de lo que me esta hablando—. Cada quince años los hijos de los lideres de cada facción se enfrentan en un torneo.  Actualmente existen un total de doce pueblos que componen la alianza, sin embargo una vez finalizado el campeonato solo quedarán cinco, ya que los pueblos perdedores serán absorbidos por las facciones ganadoras. De esta forma mantenemos siempre a los mejores guerreros —en ese instante guarda silencio, temo cuales serán sus siguientes palabras, aunque estás serían una completa locura—, dentro de un mes se realizará este torneo, oficialmente no tengo descendencia, por lo que automáticamente mi pueblo sería disuelto. No puedo permitir que aquello suceda, deseo que tú participes, solo si así lo quieres.

—Pero soy mitad lobo, ¿no puedes adoptar a alguien?

—Lamentablemente los cazadores son seres tradicionales, solo aceptan que hijos biológicos participen, además tu loba esta dormida, los cazadores no notaran la diferencia, nosotros no tenemos el olfato tan desarrollado como ustedes.

—Pero, si apareces casualmente con una hija, no sería sospechoso.

—Sí, sin embargo tenemos ciertos métodos para corroborar si nos están engañando —e inevitablemente un escalofrío recorre mi cuerpo—. Te someterán a una prueba de sangre, es algo rudimentario, se coloca tu sangre junto a la mía en una roca si sale azul significa que somos padre e hijo —contesta orgulloso, noto como observa el reloj y anuncia—, debo irme no es necesario que me respondas inmediatamente, puedes meditarlo con tu mate, sé que lo que te estoy pidiendo es peligroso, pero te juro, que aún que me cueste la vida o la de mi pueblo, me aseguraré de mantenerte a salvo —noto como se acerca lentamente, me abraza fuertemente—, volveré.

Dicho esto último lo veo partir, pasan los minutos y Yuki sale de su escondite a reclamarme comida. Luego de servirle subo a la habitación de mis padres y tomo la carta de Sophia, la leo una y otra vez. Lentamente la habitación se oscurece , oigo como la puerta del primer piso se abre, Dante ha llegado, y yo aún no sé que hacer. Escucho que pronuncia mi nombre, sin embargo soy incapaz de moverme, no me atrevo a enfrentarme a él, intento acurrucarme con un inútil intento de que no me encuentre. El olor a vainilla inunda la habitación, sé que el momento de tomar una decisión ha llegado, sin embargo aún no me decido qué hacer, mi mente es un caos.

—¿Estás bien? —pregunta mi mate preocupado.

—Yo..yo..—siento como las palabras se atoran en mi garganta impidiéndome seguir hablando.


***

Ha pasado un tiempo desde el último capítulo, fue algo corto este capítulo. Finalmente luego de varias cambios de fechas, puede dar la prueba y pasé :). Así que ahora intentaré publicar más seguido. Estaré subiendo una historias cortas en mi perfil, de cosas que escribí hace mucho tiempo atrás :).

 ¿Creen que Anna le contará de la visita de Nicolas a Dante?

Continúen comentando, dando votos, esos siempre se agradecen.

Nos vemos en el siguiente capítulo.

RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora