Capítulo 15

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Anna

A la mañana siguiente como se ha hecho costumbre Dante viene en mi busca, pero en esta ocasión trae un acompañante consigo, un pequeño gato completamente blanco que no para de maullar, y me observa con sus tristes ojos azules. De repente se suelta de los brazos del hijo del Alfa, entra raudamente a mi casa escondiéndose en alguna parte de la cocina.

—Yo....¿Te gustan los gatos? —pregunta nervioso—, lo encontré de camino acá...mi madre es alérgica, pensé que quizás te vendría bien un poco de compañía, pero...

Noto como lentamente sus mejillas se tornan rojas, y esos ojos achocolatados que no paran de torturarme me analizan expectantes, me percató que en algún momento dejé de prestar atención a lo que me decía, y ahora soy yo la que se sonroja. Lentamente nuestros rostros se acercan, lucho contra el impulso de acariciar su avergonzado rostro, sentimiento provocado por culpa de la conexión de mates, pero afortunadamente el hechizo es roto por el ruido de una escoba al caer, en ese momento tomo una decisión con el pequeño invasor.

—Me lo quedaré —contestó.

—¿Segura?—dice, probablemente por el desastre que debe estar dejando en la cocina.

—Sí, pero...si no es mucho pedir, ¿me acompañarías a comprar lo que sea que necesite?...nunca he tenido un gato antes —contesto apenada.

—Por supuesto es una cita —esa simple palabra hace que mi corazón corra desbocado—, aunque de camino hacía acá compré un poco de alimento para que sobreviva mientras vamos a la escuela.

Aunque al inicio me da un poco de resquemor dejarlo solo, me consuelo que en tan solo en par de horas estaré de regreso. 

Llegamos al instituto y mi cuerpo se congela—. Esta suspendida —dice refiriéndose a Christina—, volverá en quince días más, pero si lo deseas puedo conseguir que no regrese más.

—Dante no deberías hacer esas ofertas tan tentadoras —digo sonriendo—, sin embargo en el tiempo que llevamos juntos me haz enseñado a que ya no debo huir...y si estás conmigo sé que estaré a salvo —lo último solo lo murmuro, por lo que no sé si realmente lo escucho, ya que en estos momentos estoy mirando el suelo, realmente no debí decir esas palabras, podría ser malinterpretada. Lentamente reparo en una mano que acaricia mi mejilla, colisiono con una curiosa mirada, de pronto unos brazos me rodean, que me apretujan como si temiera que de un momento a otro lo fuera abandonar, finalmente decidido suprimir las dudas que me acechan y simplemente disfruto del instante.   

Cuando nos separamos ninguno de los dos menciona lo ocurrido, como si temiéramos corromper lo que acaba de pasar y nos dirigimos a la clase de Literatura. Mientras transcurre la tarde me percato que hemos estados en las mismas asignaturas, y reparo en que ayer debió solicitar el cambio, probablemente eso estuvo haciendo cuando me atacaron. La última materia culmina, sin embargo recuerdo que hoy me corresponde ir a terapia y espontáneamente Dante se ofrece a ir cuidar al gatito mientras me encuentro en el hospital. 

Me estoy sentando en la camilla cuando Diego aparece tan alegre como siempre, lo primero que realizamos son estiramientos de los músculos de las piernas que se encuentran aún algo atrofiados a diferencia del resto de mi cuerpo que ya se encuentra recuperado milagrosamente.

—En cada una de tus sesiones, no dejo de sorprenderme de lo rápido que te haz curado, creo que ya te lo he comentado numerosas veces, pero para ser un lobo tu capacidad curativa es exorbitantemente superior al promedio, me atrevería a decir que supera hasta el del mismo alfa. 

Es inevitable pero termino sonrojada por sus palabras, es incómodo ser halagada por algo que mi cuerpo hace inconscientemente, ya que muchas veces realmente dudé que tuviera un lobo interior, si no fuera que cada vez que recibía una golpiza en un par de horas ya estaba sana seguiría pensando que todo se trataba de un engaño del alfa. Luego de los estiramientos, soy conducida a otra habitación donde hay una gran barra horizontal, en la cual debo sujetarme y caminar a través de ella varias veces, recuerdo que al principio mis brazos temblaban completamente y no conseguía dar ni dos pasos, en cambio ahora logro moverme hasta el final del recorrido aunque aún de forma paulatina y noto como el sudor se acumula en mi cuerpo por el esfuerzo.

Finalmente reúno el valor necesario y pregunto—. Diego, ¿alguna vez dudaste de la elección de la Diosa luna?

—Muchas veces, pero el único consejo que te puedo entregar es que no intentes huir de tu mate, es inútil —dice Diego mientras mira de reojo a Juliette y es ahí que me percato que son parejas.


***



En esta ocasión tengo una excusa...quiero decir una poderosa razón para mi desaparición de un mes T_T y es que me cambie de casa, en estos momentos convivo junto una montaña de cajas, así que si no vuelvo aparecer es porque una pila de esas se me cayó encima XD. También quiero agradecer a todos esos nuevos lectores que se han unido ya llegamos a las 3000 vistas y casi llegamos a los 200 votos no puedo más de la emoción :)

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