Anna
Observo como el Alfa Ezra se para junto a su acompañante, intento estirar mi mano para evitar que se vaya, pero mi cuerpo no responde, me encuentro entumecida por el miedo, me debato internamente de si debería seguirlo o simplemente salir huyendo, ¿qué se supone que le diré cuando lo tenga enfrente?, ¿seré capaz de confrontarlo?, me aterroriza pensar si entera que estoy viva, ¿vendrá por mí? . Mis ojos se dirigen hacía la arena donde visualizo a mi mate pelear, suspiro aliviada cuando noto como su pelaje encuentra casi inmaculado a diferencia de su oponente que se encuentra bañado en sangre, al parecer no queda mucho para que el encuentro finalice. Nuevamente mi vista se posa hacía el lugar donde el alfa desapareció, a pesar de la dudas, sabiendo que es una pésima idea decido ir tras él, bajo las gradas lo más rápido que me permiten mis piernas, me dirijo hacia el sector de los camerinos, logro toparme con él en uno de los pasillos, mantengo mi distancia, no necesito hablarle, solamente observarlo, mientras lo hago el odio comienza asfixiarme, mi garganta se cierra con el único deseo de gritarle asesinó, pero me contengo, lo último que deseo es meter en problemas a Dante y a la manada que me acogió, ¿debería abandonarlos?, quizás buscar a mi padre y juntos vengarnos, aunque eso signifique dejar a Dante, mi corazón se retuerce de dolor de solo pensarlo. Sin percatarme, noto como el Alfa se encuentra a escasos centímetros de mí, intento apartarme, en un ingenuo intento de no interponerme en su camino, sin embargo él continúa sin moverse.
—Ian regresa a las gradas, creo que tengo una conversación pendiente con la señorita —dice Ezra.
Miro alrededor pensado que le está hablando a alguien más, ¿por qué desea conversar conmigo?, es imposible que me haya reconocido, acaso Christina comentó que fui adoptada por humano, pero no soy primer caso, no sería absurdo, simplemente lo negaré, no tiene como comprobar que soy hija de Sophia.
—¿Estás seguro?—comenta preocupado Ian.
—Tranquilo solo tendremos una charla amistosa —dice con una sonrisa que me paraliza el corazón.
Sé que no debería seguirlo, instintivamente busco a Edwin, por los pasillos, ¿dónde está?, tranquilízate Anna, me ordeno mentalmente, de lo contrario Dante percibirá tu pánico quizás termine haciendo una locura, bajo este mantra consigo calmar mi respiración, hace solo unos momentos me estaba planteando la posibilidad que vengar su muerte, esta sería la oportunidad perfecta, sin embargo soy una cobarde. Ingresamos a una de las habitaciones, Ezra se posiciona en el otro extremo del cuarto intentando mantener la distancia.
—Te escucho —dice.
—Yo...¿no entendiendo a que te refieres? —pregunto confusa, me esperaba una amenaza de su parte.
—Señorita, usted me estaba mirando muy fijamente en ese pasillo y en las gradas, si a eso le sumamos que ha llenado la habitación con olor de su miedo y su corazón se encuentra acelerado —comenta expectante.
Suspiro aliviada al saber que él no me ha reconocido, simplemente le parecí sospechosa, me muerdo los labios intentando buscar alguna excusa, pero mi mente se encuentra en blanco, finalmente digo la primera excusa que se me viene a la cabeza por absurda que parezca en el momento en que abandonan mis labios—. Soy Anna, estoy haciendo un trabajo de investigación para la escuela sobre su manada, ¿quería sabe si podría hacerle un par de preguntas?
—Mientes—mi corazón se paraliza ante sus palabras, sin embargo las siguientes me dejan helada—, ¿maté a alguien de tu familia?, ¿tal vez un hermano, tú madre, tu padre?, diría tu mate pero pareces muy joven para eso—lentamente se acerca a mí, a pesar de que sus ojos aún se mantienen humanos, noto como su bestia intenta salir, trato de alcanzar la puerta, pero una mano me lo impide—, entonces me dirás la verdad.
—¿Por qué preguntas si haz matado a alguno de mis familiares? —contesto evadiendo su pregunta, cada vez es más claro que no conoce mi conexión con su manada.
—No es evidente, porque otra razón te acercarías a mí, no eres la primera que viene a mí reclamando venganza—suelta un sonoro suspiro como si estuviera resignado por algo—, entonces ¿por cuál familiar debería pedirte perdón?
—¡Qué! —grito—¡Pedirme perdón!, ¿crees que con eso se solucionará todo? —respondo indignada.
—Lo sé, creo que no me expresé bien —contesta frustrado, mientras se aleja observo como comienza a jugar obsesivamente con un mechón de su cabello—, lo que intento decir es que deseo compensarte por tu pérdida, si necesitas dinero o existe alguna otra forma en que mi manada te pueda ayudar por la injusticia cometida, solo dilo, sé que no la puedo traer de vuelta, sin embargo, estoy intentando hacer los posible por enmendar los errores del pasado.
Al principio quedó muda, aunque rápidamente la rabia contenida se apodera de mi cuerpo, mis dientes crujen por los fuerte que los aprietos—, ¡crees que creeré en tus palabras!, alguien que ha masacrado a cientos, sino miles de seres sobrenaturales, me pide disculpas, ¿qué es lo que pretendes?, ¿volverme loca?, leí las actas, en cada una de ellas se refleja la deplorable persona que eres, ¡ni siquiera muerto podrás reparar el daño que hiciste! —en el instante en que termino me percato que le estoy gritando a uno de los alfas más temidos del continente, me resigno a esperar a que termine con mi vida o que mandé a llamar a los guardias y exija mi encarcelamiento, pero los minutos pasan y nada sucede, temerosamente levanto mi vista, observo como Ezra se encuentra sentado de forma encorvada en una de las pocas sillas que se encuentran en la habitación, juega con sus manos nervioso, su postura me recuerda a un animal herido, cautelosamente me acerco, creo que se percata de ello, porque inmediatamente levanta la vista.
—Veo que te haz informado —murmura resignando, me siento junto a él, a pesar de que aún persiste el deseo de continuar gritándole, algo me lo impide, quizás porque de alguna forma dicha postura me recordó a mi yo del pasado—, conocí a mi mate hace tres meses, sé que es difícil de creer, pero simplemente quiero ser una mejor persona para ella, supongo que nunca estaré a su altura, tal como dijiste soy una persona deplorable —derrotadamente se levanta—, cuando realmente quieras contarme la verdad, solo debes llamarme —me entrega su tarjeta, me atrevo a sostenerle la mirada, esperando una respuesta agresiva de su parte, sin embargo me topo con unos ojos, quienes reflejan una infinita tristeza. Y sin decir una palabra más Ezra abandona la habitación, mientras mi mente no deja de preguntarse ¿qué es lo acaba de pasar?.
***
Me atrasé un poco en subir este capítulo, me costó trabajo escribir el encuentro entre Anna y Ezra, me imagino que tendrán muchas dudas :P, pero los prometo que se irán desenredando en los siguientes capítulos. Gracias por comentar, votar y leer, he visto que se han unido, nuevas lectoras :)
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Redención
WerewolfAnna es adoptada y fue criada en el pueblo de Lucine, una localidad de hombres lobos, y teme por el día en que encuentre a su mate, porque tiene la certeza de que será rechazada. Dante es el futuro alfa de la manada de Lucine, y sueña con el día en...