Capítulo 43

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Anna

A medida que me interno en el bosque trato de recordar cada una de la lecciones de mi infancia, las veces en que nos internábamos en el bosque los fines de semana, era uno de esos escasos momentos de escape, donde podía ser yo misma, sin ser juzgada. A medida que avanzo identifico algunas plantas e intento buscar marcas que me indiquen la presencia de mi presa, afortunadamente como no ha llovido quizás pueda encontrar alguna huella. Intento animarme mientras camino, tengo cuatro días para completar la tarea, sin embargo no puedo evitar que mi mente vague ante la posibilidad de fracasar. 

Mi cuerpo automáticamente se pone en alerta antes de que mi mente sea capaz de dilucidar que es lo que sucede y es ahí cuando lo veo, a lo lejos un bello ciervo pastando, lentamente tomo mi arco y coloco una flecha cuando lo tengo en la mira, noto que el animal me devuelve la vista creo que me ha notado, no fui lo suficiente cuidadosa, da media vuelta y se escapa, lanzo de igual forma mi flecha, pero fallo estrepitosamente, suelto un grito de frustración, estuve tan cerca. Reanudo mi marcha quizás no este solo, pero cuando comienza a oscurecerse pierdo toda esperanza y decido enfocar mis esfuerzos en buscar un refugio, el cual encuentro a los pocos metros, me arrimo junto a un enorme árbol y levanto mi carpa, al inicio me enredo un poco con las varillas, era más sencillo cuando estaba con mis padres, pero luego de varios intentos alzo victoriosa mi tienda de campaña. Guardo mis cosas dentro de ella y simplemente salgo con mi arco a buscar un poco de leña para preparar el fuego, a lo lejos escucho un ruido de agua corriendo, me acerco, mientras avanzo dejo algunas marcas en los árboles para poder volver, llego a un pequeño lago, actualmente se encuentra desierto, pero probablemente en la mañana diversos animales se acerquen a beber de él y con energías renovadas retorno a mi pequeño campamento.

Enciendo una pequeña fogata y coloco una pequeña olla para calentar agua, mi sopa instantánea me espera, mientras observo el fuego recuerdo las múltiples anécdotas que me contaban mis padres, las veces que les tocó guiar a turistas en su centro vacacional, el cual dejaron para criarme en este pueblo, para que pudiera conocer a los de mi especie e inevitablemente me pregunto cómo hubiese sido mi vida si Sophia estuviese viva, sino me hubiese abandonado, pero en el instante en que dichos pensamientos aparecen en mi mente me siento culpable, es como si estuviera traicionando a mis padres adoptivos, el crepitar del fuego interrumpe mis sombríos pensamientos. Observo que el agua ya se encuentra hervida y me preparo lo que será mi nutritiva cena, adicionalmente tomo una barrita que Dante me obligó a empacar, simplemente sonrío ante el recuerdo. Luego de comer desempaco mi saco de dormir y me obligo a dormir, mañana si mis deducciones son correctas debería ser capaz de capturarlo.

Me despierto inquieta por el calor que se acumula dentro de la carpa, torpemente salgo de ella y contemplo como la luz del sol se filtra por el follaje de los árboles indicándome que ya es de día, alarmada me desenredó del saco de dormir, tomo mi arco y corro lo más silenciosa posible en dirección al lago, al llegar noto que hay unos pocos animales, pero no el que busco, me subo a un árbol y espero. Pasan los minutos y finalmente lo veo mientras se acerca tímidamente a beber agua, tomo mi arco y apunto, dejo que el instinto se apodere de mí cuando siento que ya llegó el momento la suelto.

—Lo siento bambi —susurro cuando observo que le di en el ojo desplomándolo al instante, antes de bajarme utilizo el resto de mis flechas y las lanzo hacía mi presa, sería sospechoso si percatarán que lo derrumbe de un solo tiro.

Me acerco a él no puedo evitar sentirme culpable por lo que he hecho y nuevamente le pido perdón a bambi, lo tomo por una de sus patas y lo arrastro en dirección al campamento, una vez allí busco una cuerda entre mis pertenencias, le quito las flechas que le lance, y lo ato. Levanto el campamento es probable que no alcance a llegar al pueblo hoy, pero intentaré avanzar los máximo posible. Esa noche son incapaz de dormir, temo que algún animal se lo lleve y me limito a contemplar las estrellas mientras espero que amanezca. A l mañana siguiente avanzo sin descanso hasta que finalmente visualizo el claro, el cual se encuentra vacío, solo han transcurrido tres días desde mi partida, al principio me siento algo decepcionada hasta que escucho una voz que llama, ahí esta con aquella sonrisa que siempre me deja congelada, mi mate, en un impulso me lanzo a sus brazos, luego de unos segundos Dante se separa de mí observo como me revisa en busca de heridas, suspira aliviado cuando no las encuentra.

—El concejo ¿dónde está? —pregunto intrigada.

—No te preocupes, no tardarán en llegar, di aviso en el instante en que sentí tu olor —dice sonriente—, probablemente en estos momentos estén pensando que te rendiste y por eso llegaste antes.

Pasan los minutos lentamente el lugar se va llenando de gente, al parecer se corrió la voz de mi regreso, observo como se quedan impresionados por el ciervo muerto que se encuentra en el centro del lugar, finalmente llegan Jacob, Ramón seguido de los otros cinco miembros del concejo. 

Se toman su tiempo examinando el cadáver como si quieran comprobar que es fidedigno, cuando al parecer están conformes anuncian—. Se ha completado la primera prueba, felicitaciones Anna.

Dicho esto varias personas se acercan a felicitarme, entre ellos Juliette, Diego y Edwin, por el rabillo del ojo observo como el concejo se dispone a abandonar el lugar, corro en su dirección y pregunto—. ¿Cuál es la segunda prueba? —al principio parecen desconcertados y agrego—, una vez finalizada la primera me informarían de la segunda.

—Claro la segunda prueba —responde Jacob y se produce un silencio incómodo—, ¿Ramón cuál era la segunda prueba?  

—La segunda prueba se realizará en tres días y será...—noto como recorre con la mirada a cada uno de los miembros del concejo en busca de ayuda, esperando que alguien intervenga, al final parece resignado y continua—, ganarle en un combate con el campeón del torneo.

En instante en que lo anuncia percibo como mi mate toma mi mano, no alcanzo a regocijarme de mi suerte cuando otro miembro interviene—. Dante fue el campeón no sería justo, es probable que la deje ganar, debería enfrentarse al sub campeón.

—Eso no es posible —menciona Luisa otro miembro del concejo—, el pueblo de Lucerne se encuentra muy lejos y no alcanzaría a llegar a la fecha estimada, lo mismo sucede con Henry que se encuentra en la Universidad, solo nos queda Alberto que llegó esta mañana.

—Entonces está decido Anna se enfrentará Alberto en la arena —anuncia Jacob—. En unas horas le llegará el memorándum con el detalle —demostrando lo que sospeché en un principio improvisaron la segunda prueba— . Nos vemos en tres días —con esas últimas palabras abandonan el lugar.

Suspiro resignada esta prueba será más difícil que la anterior, pero mis melancólicos pensamientos son interrumpidos cuando soy arrastrada hacia los brazos de Dante, el cual me acaricia la espalda suavemente a modo de consuelo—. Nos espera un duro entrenamiento —susurra, mi cuerpo se tensa ante sus palabras.



***

Espero les haya gustado este capítulo, en esta ocasión quiero agradecer a los que comentan, especialmente cuando hay partes que no se entienden o palabras que está mal escritas, aquello me ayuda a mejorar como escritora, muchas gracias :). Así que si pillan cualquier incoherencia siéntanse en confianza de dejarla por escrito.

También gracias a los que votan y siguen leyendo esta historia, no me he olvidado de ustedes :). Nos vemos en el siguiente capítulo.

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