Capítulo 13

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Dante

A la distancia observo a Anna arrodillada frente a tumba de sus padres, es en ese momento donde comprendo las palabras de Edwin, de lo dañada que estaba, y no puedo evitar recriminarme lo ciego que fui. Lentamente me acercó, y simplemente la abrazo, quisiera decirle que todo estará bien, pero las palabras no salen, porque sería mentirle, es lo último que deseo en estos momentos, aunque es irónico porque soy la persona que más secretos le guarda. Finalmente la convenzo de regresar, el camino hacia la casa es tortuoso, es primera vez que me siento tan inseguro, temo que cualquier cosa que salga de mis labios podría dañarla aún más.

—Anna —observo esos hipnotizantes ojos verdes que ahora han perdido su brillo—, sé que actualmente estoy lejos de ser tu persona favorita, pero necesitas conversar con alguien —siento como mi lobo gimotea por lo que debo decir a continuación—, y no me refiero necesariamente a mi, tal vez con Edwin te sea más sencillo, simplemente yo...

—Hablaré con Edwin, por lo que no necesitas preocuparte.

Suspiro resignado, continua pensando que todo lo que hago, es porque me siento en deuda con ella, tendré que demostrarle que no es así. Al llegar, lo primero que realizo es llenar la tina que ahora esta reluciente gracias a mis increíbles habilidades de limpieza. Mientras Anna se baña, preparó un té que es lo único que hay en esta casa que no este caducado. 

—Dante —escucho susurrar desde el baño, y mi corazón se agita pensado en los peores escenarios—, cierra los ojos al entrar por favor —en contra de todos mis instintos, sigo sus ordenes—. Necesito que me alcances las muletas, al intentar tomarlas se me cayeron y yo...

Sin querer rió de alivio, Anna termina uniéndose, y nuestras risas se siguen generando a medida de que recibo las instrucciones de hacia donde debo moverme al mismo tiempo que evito tropezar con otras, pero valió todas las molestias por ese simple gracias que brotó de sus labios. Antes marcharme de la habitación reúno el valor necesario para disculparme.

 —Anna fue desconsiderado de mi parte sugerirte que huyeras, espero que me perdones, si hay algo que puedo hacer para ayudarte solo pedírmelo.

—La hay, puedes convencer al alfa de que me autorice marchar del pueblo. 

Finalmente llegó el momento de confesarle uno de mis pecados. —Yo fui el que le suplico a mi padre que no te permitiera abandonar Lucine.

—Lo supuse —susurra—, por eso sé que él te escuchará si le dices que me deje marchar, no me iré lejos, prometo venir de visita.

Me aflige oír su desolada voz, apoyo mi mano sobre el marco de la puerta, mis dedos comienzan moverse en círculos sobre la madera, ¿debería cumplir su deseo, confiar en su promesa?, ¿qué sucede si en ese dichoso pueblo conoce a un humano que no sea un idiota como yo? , ¿quizás termine por olvidarme? 

—Anna, antes de responder a tu solicitud necesito que me escuches atentamente, y por favor, no, te suplico solo por esta vez no desconfíes de mis palabras. Sé que inicialmente te rechace cruelmente, pero cuando caiste en coma yo...fue...algo se rompió dentro de mí, aún me siento confundido...lo que intento decir, es que siempre haz sido importante para mí, fuiste mi primera amiga, ese verano que pasamos juntos es el mejor recuerdo de mi infancia, pero lo arruiné en el momento en que te desconocí cuando llegaste por primera vez a este pueblo. Sé que es tarde, han sido más de doce años comportándome como un imbécil, no te imaginas lo arrepentido que me siento, y soy consiente que sin importar cuanto lo lamente eso no compensará todas la lágrimas que haz vertido. Pero te seré sincero, me desgarraría pedirle a mi padre que te deje marchar, no quiero hacerlo, sin embargo, si existe la pequeña posibilidad de que me des una oportunidad para estar juntos como pareja, sé que te dije que quería ser tu amigo, pero ¿a quién engaño?, anhelo que me aceptes como tu mate. Anna, después de todo lo que dicho, ¿aún debo hablar con mi padre?

El silencio se instala, siento mi corazón latir desenfrenadamente, ¿qué haré si me pide hablar con mi padre?, por favor Diosa luna, no dejes que mi mate me abandoné, no me castigues por haberla rechazado. 

—Podemos intentarlo —susurra y noto su voz quebrada—, ¿estás seguro que eso es lo que quieres?

—Sí, gracias por confiar nuevamente en mí después de todo lo que hice, te prometo que de ahora en adelante trabajaré para enmendar todo el daño que te provoqué, y te compensaré con muchas sonrisas.


***


Espero que con este capítulo haya disminuido un poco su odio hacía Dante :).  Gracias a todas las personas que comentan, votan y leen está historia. Nunca creí que pasaría de las 10 vistas XD, y ya casi van a llegar a 1000. Estoy inmensamente feliz por eso (aunque no lean estos pie de páginas XD).



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