Capítulo 19

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Anna

Despierto con el cuello adolorido, en algún punto el cansancio debió vencernos, los cuadernos se encuentran dispersos por el suelo, es ahí cuando noto un brazo que rodea mi cuerpo. Dante yace junto a mí en el sofá de la sala, aún duerme e inevitablemente aprovecho de admirar su rostro, mis dedos hormiguean por el deseo remover esa pestaña que se encuentra cerca de su mejilla, intento contenerme, pero finalmente termino por posar mis dedos, delicadamente la remuevo, y en ese instante unos ojos cafés me devuelven la mirada. Su mano se posa sobre la mía.

—Buenos días mi luna —saluda animadamente, ¿cómo es posible que una simple sonrisa provoque que mi corazón se estremezca?,  ahora que está despierto la ansiedad me invade, como es costumbre termino por huir de ese incómodo momento, bajo la excusa de hervir el agua. En la cocina Yuki me da la bienvenida, me tomó más tiempo de lo necesario, con el objetivo de que mi corazón disminuya su desenfrenado galope. Realizo varias inhalaciones, hasta que percibo que el rubor que cubría mi rostro a mermando. Cuando retorno a la sala de estar Dante nota mi incomodidad, y me distrae repasando lo que entrará en el examen. Finalmente se despide y se dirige a su casa, acordamos que dentro de una hora me recogerá. Con un poco de dificultad subo las escaleras, ingreso al baño de mi habitación, mientras me sujeto de las barras de apoyo que se encuentran instaladas en ambos baños de la casa,  recuerdo cuando mi padre las mandó a instalar bajo la excusa de que cualquier día de estos se podría fracturar la pierna, no puedo evitar sonreír porque ese día ha llegado, aunque no como el lo había pronosticado. En la soledad de la habitación recuerdo el beso que compartí con Dante, y es inevitable compararlo con mi primer beso, el cual fue robado aprovechándome de la nobleza de Ed. Poco a poco mi cabello se empapa, y llego a la conclusión de que le debo una disculpa a mi querido amigo.

Al salir de la casa Dante me espera, caminamos silenciosamente rumbo a la escuela, cada uno se sienta en sus respectivos puestos, y el examen de física es entregado. Leo detenidamente cada una de las preguntas, antes de que pueda decidirme por cuál iniciar, como es costumbre mi mate es el primero en entregar. Intento que eso no me deprima, procuro comenzar por las que creo conocer las respuesta, a medida que avanzo recuerdo los ejercicios realizados la noche anterior, poco a poco la confianza retorna a mí y consigo terminar todos los ejercicios antes que suene la campana. Me retiro con una sonrisa en mi rostro, intento buscar a Dante por los pasillos para agradecerle su ayuda, sin su apoyo el resultado hubiese sido otro, nunca he sido una mala alumna, pero el haber faltado casi dos semanas, me pasaron factura.  

—¡Ann!—gritan a lo lejos, al final del pasillo observo a Ed que viene corriendo a mi encuentro —. Te estaba buscando, Dante me pidió que fuera tu escolta, su padre lo mando a llamar, y le preocupaba dejarte sin protección.

Inevitablemente me siento decepcionada, deseaba tanto hablar con él, aunque por otra parte, este sea el momento propicio para zanjar ciertas alguna cosas del pasado—. Ed, ¿podemos ir a un lugar más privado? —observo como su expresión se torna más severa, me indica que lo siga, y nos internamos en los arboles que rodean el instituto. 

—¿Te han estado intimidando?, ¿Dante te ha hecho llorar?, ¿te sientes sola? —pregunta estrepitosamente, ante cada suposición mis mejillas se tornan más rojas—. Si tu casa te trae malos recuerdos, yo podría conversar con los míos, y quizás...

Lo interrumpo antes que siga divagando—. Ed, simplemente quería pedirte disculpa, y al mismo tiempo darte las gracias —luego de escuchar mis palabras se nota desconcertado, pero al menos ha guardado silencio, e intento recurrir al escaso coraje que existe en mi interior—, recuerdas que hace dos años yo...te robe un beso, te preguntarás por qué estoy mencionando esto después de tantos tiempo...nunca te pedí formalmente disculpas por mi osadía, simplemente ignoramos el hecho...—las siguientes palabras se atoran en mi garganta, una vez que las pronuncie, estaré renunciando a cualquier vaga esperanza, pero en el fondo sé que es la decisión correcta—, gracias por rechazarme, tenías razón al rehusar salir conmigo y esperar a tu mate, ahora lo entiendo.

A continuación se instala un silencio incómodo, que solo es interrumpido brevemente por el sonido de las hojas que son mecidas por el viento, creo que nuevamente lo he arruinado, en su momento fue dificultoso ocultar mis sentimientos románticos en post de no perderlo como amigo, y ahora de cierta forma he revivido todo eso recuerdos. Cuando estoy a punto de marcharme, percibo que una mano se posa sobre mi cabeza—. Parece que Dante a conseguido penetrar esa gruesa armadura —cómo si ya no fuera posible, mis mejillas se sonrojan aún más—, me alegra saber que tomé la decisión correcta, y si te soy sincero estoy envidioso porque encontraras a tu mate antes que yo.

Edwin realiza un pequeño puchero, mientras contemplo sus tristes y termino por consolarlo, le rezo a la Diosa luna para que su mate aparezca pronto. 

***



No diré nada, creo que ninguna explicación es suficiente para justificar mi larga ausencia,  ya hemos pasamos las 35K lecturas. Gracias a los que aún siguen esta historia :). Esta es la primera historia que subo a wattpad, pero no la primera que escribo, les dijo la sinopsis por si le llama la atención.

"Cuando me ofrecieron ir al bosque Walyu en busca de una aldea de hadas, no sabía si reírme ante la ridiculez del asunto. Nunca creí en las leyendas que se contaban, pero una vez allí... comencé a creer incondicionalmente.Pasé de ser humano a convertirme en el esclavo inmortal del hada encargada de la búsqueda de la flor lunar: Yue. Así que ahora era un ser extraño salido de un cuento y retenido en contra de mi voluntad, intentando por todos los medios posibles escapar. Aunque, en mi plan de fuga, no contaba con el enorme aprecio que llegué a desarrollar por mi captora, pero, ¿llegaría a quererla más que a mi libertad?"       


RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora