29. Amor de Navidad.

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Si tan solo Nana no se hubiese llevado a Jimin a la cocina en el momento de entrar a la casa, Jungkook estuviera disfrutando del paraíso que era su cariño y no encima del techo colocando un estúpido adorno de reno que Nana había encontrado en la bodega.

Namjoon estaba aún lado de él atornillando también temblando del frío.

El viento helado hizo que toda la temperatura de Jungkook bajara y que el reno en cuestión se moviera constantemente haciendo que no quedará firme, los tornillos se salian una y otra vez, eso puso de mal humor al par de alfas.

- Esto es imposible- Se quejó Namjoon - Es mejor que le digamos a Nana que no se pudo.

Jungkook aventó el reno haciendo que todo el trabajo que habían hecho hasta ese momento se perdiera.

- Bajemos Namjoon.

Cuando estuvo en piso firme fue a la cocina a buscar a su Omega para llevarlo a su recámara y calentarse el alma un poco.

Pero este estaba tan ocupado ayudando a Nana que no le puso la atención que el alfa esperaba.

- ¿Todo bien Nam?

- Sra. Fan fue imposible con este viento. - Dije Namjoon entrando por la puerta trasera. - el próximo año los pondremos antes de que comiencen las nevadas.

- Jimin ¿Tardaras mucho? - interrumpio Jungkook haciendo que Jimin porfin volteara y le dedicará una sonrisa.

- Si un poco.

- Jungkook hijo ¿ya tienes hambre? - Nana se acercó a Jungkook preocupada.

- Es más de medio día, por supuesto que tengo hambre.

- Yo también tengo hambre por si a alguien le interesa - Dijo Namjoon.

- Enseguida reviso si tengo algo en el refri, aún no tenemos nada listo.

Jimin secó sus manos y se acercó a Jungkook besando la punta de su fría nariz.

- Debes ir a quitarte está ropa húmeda, podrías enfermar, te llevaré la comida - este sonrió y Jungkook lo tomó por los hombros besándolo, mostrándole la necesidad que tenía de él. - Anda ve.

- Está bien.

- Aquí tengo un poco de Kimchi. - exclamó nana.

- Yo quiero - Namjoon se apresuro a decir.

- ¿El kimchi está bien? - preguntó Jimin suavemente.

Jungkook casi escuchaba sus pensamientos, podía leer su expresión acalorada y esa mirada con el brillo del deseo en ella.

- Sabes que si.

Jimin se alejó de él sonriendo después de golpear su hombro suavemente.

- ¿Cree que ya esté el pan listo? - la forma en que Jimin se agachó para abrir el horno lo puso nervioso. Pero por un momento más Jungkook se quedó allí viéndolo trabajar y luego cuando su ropa comenzó a gotear subió a su recámara para darse una ducha.

Yoongi llegó poco despues, lo atendió en su estudio aún con el pendiente que el Omega llegará en cualquier momento.

- Pareces muy distinto amigo.

- Yoongi creo que me estoy volviendo loco.

- ¿Qué sucede? pensé que todo estaba bien.

- Créeme, no estoy bien. - Jungkook le contó las cosas que sentía para ver si su amigo le ayudaba.

- No te quejes hombre, es parte de la felicidad.

Jungkook se quejó internamente.

De nada serviría buscar una solución, lo único que lo calmaba era su dulce presencia.

Róbame el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora