Róbame el corazón.

31. El miedo del alfa.

¿Qué demonios hacía su lobo?

- ¡No, no,  tuviste ya tú oportunidad!

- ¡Pero lo marcarás, eso me corresponde a mí! - le contestó  con furia.

Se sentía tan idiota mirándose en el espejo del baño de la cabaña peleándose con el mismo.

- ¡Le dije que yo lo haría, me espera a mi! - pensó en pelinegro sintiendo el jalón brusco en su mente.

- ¿Alfa está todo bien? - la voz de Jimin al otro lado de la puerta.

- ¡Déjame a mi! - gruñó el lobo.

La fuerza con la que tiraba el lobo por el control era demasiada.

- No lo hagas de esa manera, tienes que amarlo, no solo te aparees con él como un animal.

- ¡Soy un animal idiota y el también! - gruñó el alfa dentro de él - a él le gusto, yo sé cómo tratarlo.

- ¿Alfa? - Jimin tocó la puerta.

- ¡Déjame hacerlo a mi!

- ¡No! cuando llegue el momento te dejare que tú lo muerdas pero  ahora no y es mi última palabra.

- ¡A ver quién gana!

- ¡¿Que?! no, no ¿Qué haces? - Jungkook  se comenzó a convertir poco a poco  en un enorme lobo negro frente al espejo. - ¡Maldición! - el alfa había ganado.

Pero no sé lo pondría tan fácil, si creía que podía aprovecharse de Jimin siendo un cuadrúpedo no lo iba a dejar, él solo era la mitad de si mismo.

- ¿Puedo pasar? - Jimin giró el pomo de la puerta

Aquella lucha solo había existido en su mente así que cuando abrió la puerta no sabía que el lobo negro estaba en una fuerte  contradicción por dentro.

- Aww hola, ¿que pasó? ¿por qué no estás en tu forma humana?

Jimin se agachó y acarició su pelo negro. Luego rasco detrás de sus orejas.

- ¿Por que eres tan adorable cuando eres un lobito?

Sin poder evitar demostrar el cariño hacía el lobo lo abrazó haciendo que este pusiera sus fauces en su hombro.

Un rato después Jimin lo miró a los ojos directamente sin entender que sucedía.

Solo se había desnudado frente a él y este había salido huyendo.

- ¿Hice algo malo? ¿Puede volver a ser humano?

El lobo miraba moviendo su cola.

- No entiendo que sucedió. - Murmuró para si mismo.

El alfa se volvió a acercar a él para que esté lo abrazara.

- Mmm bien, entonces así se quedará, no pasa nada, yo también suelo convertirme en lobo cuando me siento irritado.

Se levantó saliendo del baño con el lobo siguiéndolo, suspiró al pasar por la estancia tibia donde habían colocado unos cojines cerca de la chimenea encendida.

- Parece que la marca tendrá que esperar.

Dijo al aire notando que el lobo lo seguía a la pequeña cocina. Ese lugar era tan bonito e íntimo ubicado dentro del bosque a la orilla de un lago que en ese momento estaba congelado.

Se sirvió agua y el lobo se detuvo a su lado pasando entre sus piernas y recostandose en sus pies.

Jimin se empezó a reír.