39. El castigo del Omega.

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Jimin estaba sentado en el regazo de Jungkook era media tarde pero eso en realidad no importaba, el alfa estaba en celo y lo tenía completamente anudado.

Jimin no podía moverse más allá del movimiento natural de su respiración entrecortada. Por qué si lo hacia recibía una reprimenda por parte del alfa.

Quien con toda la desfachadez había cogido  un estúpido libro de su cajón y había comenzado a leer mientras que Jimin luchaba contra los dedos de su mano izquierda que acariciaba en forma circular su suavidad. Dejando caricias alrededor de su sensibilidad de forma alternada, una combinación para enloquecerlo.

El alfa estaba tan relajado que había echado el asiento para atrás dejando a Jimin expuesto a sus caricias. Desde ese lugar podía ver cómo la punta de sus dedos recorrían su húmeda anatomía.

Estaba sensible por qué el le había echo el amor con pasión, pero no podía quejarse, por qué  cuando gemía el alfa mordía su hombro.

Era un maldito juego donde él tenía el control.

Jimin controlaba con esfuerzo su respiración, mientras que sus paredes internas apretaban torpemente la gruesa erección dentro de él.

Pero no lo podía evitar, el movimiento era suave y muy muy delicado, cerró los ojos y se recargo hacía atrás suspirando por liberación.

Apesar de que el trato no era dulce, le gustaba cuando estaba en celo,  su lobo le daba aquello que tanto lo excitaba, con un aura salvaje lo ponía muy mal.

El cuerpo del alfa era duro y grande para poder doblegarlo, Jimin obedecería todo cuanto pidiera pues el tenía la fórmula correcta para hacerlo llorar de placer.

Se retorció y el alfa empujó dentro de él. El nudo lo estiró y comenzó a gemir meneando sus caderas sin poder detener su orgasmo.

El alfa sabía de su sensibilidad y se burlaba de él, el alfa alejó su mano, dio la vuelta a la página y siguió leyendo como si no pasará nada.

Después de forma vertical acarició su centro haciendo que el orgasmo arrazara con su control.

Jimin se corrió en un orgasmo largo que lo hizo temblar. Tomó la muñeca antes que siguiera estimulandolo.

- Está bien, lo siento si, siento salir sin decirte.

Pero es que Jimin nisiquiera sabía que el alfa habíaa entrado en celo, la noche anterior habían echo el amor de forma intensa pero no se percató de la fuerte  presencia de su parte animal.

Esa mañana cuando el alfa lo había buscado, él no estaba por que había salido con Jin de compras. Se lo había explicado pero el alfa estaba tan dolido que no comprendía, en consecuencia ahora lo tenía en su despacho "secuestrado".

Jimin se rió cuando el alfa solo gruño.

- Pero es que tú y yo no estamos casados. - bromeó.

Jimin iba a seguir hablando pero el nudo comenzó a ceder haciendo que él se estremeciera cuando se sintió libre y aún así el alfa no se movió ni un centímetro. Sosteniendolo por la cintura lamía su hombro marcado.

- Mira - alzó su mano - no tengo ningún anillo aquí vez - dijo tentandolo.

- Eso no es problema - el alfa por fin dejó el jodido libro y tomó su mano - pondré un anillo en esta mano y no habrá más escapadas.

Sus dedos sustituyeron su miembro y comenzó a mecerlos dentro de él.

El alfa disfrutaba de los pequeños gemidos de su Omega  mientras que este cerraba los ojos meciendo sus caderas contra él de nuevo preparándose para el placer.

Róbame el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora