Róbame el corazón.

35. Un alfa renovado.

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Frente al espejo Jungkook se encontró con una versión diferente de él mismo, aunque su rostro era una mezcla de felicidad y gozo su imagen aún no le era del todo agradable, ya no encajaba más con él.

Con una tijera comenzó a cortar los largos mechones, dejando libre su rostro, sonreía imaginando la expresión del Omega cuando se diera cuenta que su cabello había perdido longitud, después rasuro sus mejillas y mentón con esmero dejando lisa la piel.

Cuando terminó buscó ropa de oficina como él le llamaba, esa ropa que había dejado atrás una vez que había adoptado el desencantado como estilo de vida.

Un pantalón de vestir y una camisa de botones color blanca, luego ajustó su corbata negra.

Aplicó un poco de colonia en su pecho y luego sacó uno de los relojes de colección que tenía en su cajón y lo puso en su muñeca.

Cuando salió hacía la calle se sentía renovado, manejo hacía la firma de libros que había declinado apenas un mes atrás cuando todo en su vida era un caos.

- ¡Pero que bien te ves amigo!

Yoongi lo recibió llevándolo hacia la librería donde pasaría un par de horas, trato de tranquilizarse pensando que Jimin estaba seguro en casa aún dormido.

Solían pasar despiertos la mayor parte de la noche así que Jungkook dejaba que descansara lo suficiente por la mañana sin despertarlo.

No había nada que necesitará ahora, todo estaba bien, ambos eran conscientes del amor que se profesaban y eso era suficiente.

Anhelar más seria desperdiciar el presente.

Y ese error no lo volvería a cometer jamás.

- Después de un par de firmas aquí en Seul tengo planeado tres más en Estados Unidos ¿Que dices? ¿aceptas?

Jungkook lo miró sorprendido.

- ¿Así funciona? ¿Un día me cortó el pelo y al siguiente tengo que subir a un avión e ir al otro lado del mundo?

- Solo es si aceptas claro, no te estoy obligando, pero - dijo impetuoso su amigo - tu libro es un éxito y como es el cierre de la saga todos quieren conocerte, así que deberíamos de aprovechar el boom.

- Lo pensaré Yoongi, vamos poco a poco - Jungkook golpeó gentilmente su hombro.

- Pero Jk amigo.

- Ya veremos después.

Viajar, pensó Jungkook, hacía tanto tiempo que no salía de la ciudad, tal vez sería divertido, viajar con Jimin, eso le apetecía.

Un rato después Jungkook firmaba libros escuchando las impresiones de sus lectores.

- ¿Escritor?

- Si - dijo abriendo y firmando un libro a una chica que lo miraba con ojos brillosos.

- ¿Por qué ese final tan triste?

Jungkook había olvidado que esas letras las había escrito cuando se hallaba en lo más bajo de su depresión.

La chica tenía su mirada triste.

- ¿Había algún otro final que hubiese quedado bien? - preguntó Jungkook curioso.

- Siempre hay una esperanza para todos, incluso para su personaje la había - dijo la chica - y también la hay para usted.

Jungkook sonrió, los lectores habían percibido la cantidad de emociones presentes en el escrito, a veces dejarse llevar por ellas no era lo óptimo pero no pudo evitarlo.