Róbame el corazón.

6. ¿Dónde está Mimi?

La lluvia que sonaba fuera de la casa amortiguaba sus pasos, sigiloso se asomó en la enorme sala buscando en las esquinas las cámaras de seguridad.

El aroma a chocolate era ya parte del ambiente y lo incitaba a subir a la segunda planta para ir a su encuentro, pero estaba en una misión  y no podía desconcentrarse.

Entonces un destello rojo llamó su atención. En la esquina superior de la sala había una cámara. Regresó por el pasillo escondiéndose en los muebles muy despacio. La luz de los relampagos le daban una idea clara de la distribución de la gran casa.

El aroma a madera provenía del suelo y los muebles que eran de cedro y de un color caoba oscuro. Era demasiado placer para su nariz. Podría quedarse en ese lugar de por vida y vivir feliz solo oliendo aquel lugar.

Otro pequeño destello rojo le dio la ubicación de la segunda cámara que se encontraba en la base de la escalera  y apuntaba a la entrada. El ángulo dejaba libre el pasillo donde él se encontraba y parte de la cocina.

Caminó pegado en la orilla de la pared buscando más luces rojas.

Pero se detuvo cuando escuchó un sonido distinto al de la lluvia.

Su corazón se aceleró y se mantuvo por completo inmóvil.

El sonido de unos pasos era apenas distinto del sonido de la tormenta.

Tenía que regresar a su habitación.

El latido de un corazón, una esencia tibia y una respiración pesada fue lo último que pensó cuando sus fosas nasales fueron bendecidas con su sabor preferido de helado.

Cerró los ojos y perdió la razón.

La concentración del aroma pareció  explotar como si hubiese estado contenido en una burbuja y lo hubiese cubierto por completo.

No escuchó el sonido de los pasos bajando la escalera ni cuando estos se acercaron hacía donde estaba él.

Solo fue consciente cuando escucho que alguien aclaro su garganta enfrente de él.

Sólo allí pudo abrir los ojos y darse cuenta que había sido sorprendido demasiado pronto. Pero un par de ojos negros lo veían demasiado molestos.

- ¿Quién es usted? - dijo Jimin espantado.

Era un alfa alto de pelo negro sujeto en la parte de atrás.

- ¿Perdón? - dijo incrédulo el alfa.

Su voz.

A Jimin parecieron fallarle las rodillas.

- La pregunta es ¿Que haces tú en mi casa?

- ¿Su casa?

Era su esencia que hizo que su lobo Omega se desmayara de placer, y no lo dejara razonar.

Entonces lo miró con detenimiento.

¿Era el mismo de la foto de Hobi?  ¿El escritor?

Pero ¿por qué se veía tan diferente?

¿Desdé hace cuanto eran las fotos?

- ¿Qué?

Jimin no había notado que se había acercado un par de pasos y lo miraba curioso.

- Oh... es que le encuentro parecido a alguien.

En la foto se veía más joven.

¿Y si se había equivocado de casa?

Él se cruzó de brazos dandole a Jimin la perfecta imagen de sus potentes brazos y fuerte pecho.

Él alfa respiro pesado.