24. Corazón capturado.

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- No tenías por qué venir Jungkook. Esto nos llevará tiempo.

Aún con su abrigo negro podia sentía como la lejanía del Omega le hacía hormiguear la piel y eso que aún ni salía del perímetro de su vista.

Jungkook iba a esperarlos en el carro pues no estaba de humor para el bullicio que había en el centro comercial, pero una estúpida sonrisa que había echo el Omega a uno de los chicos que le ofreció un volante lo había impulsado a ir detrás de él y asegurarse que no sé le acercará ningún alfa.

Había tomado el papel de las manos del Omega cuando estuvo a su lado molesto.

- ¡Es mío! - él se lo quito de las manos de nuevo pero se había quedo muy cerca de él leyéndolo, eso le agradaba.

- Vamos tenemos mucho que hacer hoy. - Nana tomó un carrito de ruedas y se metió entre la gente.

Sin poder evitarlo caminó detrás de ellos en forma automática. Cerca para poder vigilar que nadie se le ocurriera acercarse de más.

Lo vio ir de un lado a otro infinidad de veces emocionado cuando Nana le enseñaba alguna figurilla de cristal o algún adorno navideño, enojarse cuando veía los precios, o decepcionarse cuando Nana le decía que no, absolutamente nada se le escapó, hasta cuando se detuvo frente a los osos de peluches por lo que pareció una eternidad, obsevandolos riendo como un niño pequeño. Jungkook observó los pasillos viendo que todo era seguro para dejarlo solo y se dio la vuelta para buscar al menos algo interesante para él.

La sección de libros, se acercó y tomó uno de los suyos en la exhibición, sintiéndose orgulloso de poder terminar el libro antes de navidad. Sus sentidos en alarma por si escuchaba algún grito o algo fuera de lugar.

Luego de un rato de pensarlo tomó dos libros que le parecieron interesantes y regresó al pasillo donde lo había dejado. Pero el Omega ya no estaba.

- Demonios.

Se asomó por los pasillos aledaños y no lo encontró. Sintió como su alfa se empezó a poner ansioso sintiendo que lo había perdido de nuevo.

Corrió por varios pasillos más,  con la mirada nublada del enojo, tan solo lo había dejado un momento solo y ya lo había abandonado.

No lo podía creer que eso le estuviera pasando, no debía de dejarse manejar por ese tonto niño que no hacía mas que irse sin importarle lo que él sintiera.

- Jungkook cariño ¿que te parece este árbol?

Él se detuvo al escuchar la voz de nana detras de las hojas verdes de un árbol. Esta se asomó totalmente ajena a la desesperación que lo estaba matando.

Iba a preguntar por el Omega pero de repente lo vio aparecer detrás de Nana con dos muñecos en sus brazos, revisando la etiqueta una y otra vez.

- No encontré el precio de estos muñecos ¿no han visto un checador de precios por algún lado?

- ¿Mimi te gusta este árbol?

- Oww está hermoso.

Jungkook viéndolo sin poder creer el circo que se habia montado.

- Este árbol está bien Nana, es hora de irnos.

- Pero aún no hemos terminado.

Jungkook sentía que hervía de furia al escuchar su inocente voz, cerró los ojos y trato de controlarse, por qué quería tirar todos los arboles, tomarlo de la mano y regresar a la casa donde no hubiese ningún peligro de que se perdiera.

Así que un par de horas después regresaron a la casa. Tan solo metió el árbol a la sala y subió las escaleras molesto. 

No, no, le gusta en nada su manera de reaccionar cuando estaba cerca de él.

Róbame el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora