10. Su alma gemela.

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El sonido de unos pasos lo despertaron, aún medio dormido se sentó en la cama sin poder abrir los ojos completamente por la luz de sol.

Las voces provenían del pasillo y se alejaban poco a poco.

Tomó su teléfono revisando la hora.

Era casi medio día.

¡Demonios!

Se bajó y fue al baño corriendo, se suponía que ese día limpiarán las afueras y el jardín. El agua tibia acaricio su cuerpo y lo revivió un poco.

Había tardado mucho en dormir, por alguna razón el sueño se le había ido y solo se había quedado pensando en tonterías.

Talló su cuerpo con fuerza para quitar de una vez por todas ese aroma a menta que cubría su cuerpo. Pero al salir noto que de nada servía.

Vestido y peinado salió dispuesto a trabajar.

Cuando llegó a la cocina buscó a la Sra. Fann pero no la encontró, solo saludo a Nam que ya se encontraba comiendo, Jimin se sentó a su lado saludándolo, este mostrando una enorme sonrisa.

- Buenos días pequeño.

- ¿A que se debe tanta felicidad?

- Ya lo verás.

Por la puerta trasera de la cocina entraron la Sra. Fann y Jin. Jimin trató de contener su expresión pero cuando Jin sonrió este también lo hizo.

- Oh que bueno que ya estás aquí, Jin el es Mimi, nuestro invitado.

Jimin se paró y fue hasta el y extendió la mano sonriente. Jin lo tomo rápido.

- Es un placer Jin.

- El placer es mío.

- Hoy es el último día que me ayudarás Mimi, apartir de mañana Jin comenzará a trabajar con nosotros, se quedará a cargo en mi ausencia.

Jimin se volvió a sentar y empezó a comer un pedazo de pan comprendiendo la sonrisa de Namjoon ahora.

- Jin es un Omega lindo no crees.

El pobre alfa estaba prendado en Jin y Jimin recargó su barbilla en sus brazos viéndolos de cerca. En verdad hacían bonita pareja.

- Si es muy guapo.

Al menos el aire era fresco y se olvidó por varias horas de todo, riendo con la Sra. Fann limpiaron las ventanas y sacudieron muebles. 

Por la noche Jimin se infiltró en la nueva recámara de Jin.

Este estaba tomando un vaso de agua que al verlo casi se ahoga por el susto.

Jimin no lo pensó y se lanzo a él abrazandolo fuerte instandolo a no alzar la voz

- ¡Me ahogas!

- ¡Shht no grites!

- ¿Qué sucede tonto?

- El escritor escucha todo.

Le dijo con el movimiento de los labios.

Jin no entendió.

- Luego te cuento si.

- Jamás pensé que te vería trabajando de esa manera, fue impresionante, hasta tomé fotos para mandárselas a Hobi.

- Aahhh no me lo recuerdes.

Jimin se dejó caer en la cama y tapó sus piernas con la sábana de Jin.

- Me duele todo.

- ¿Tendremos que susurrar todo el tiempo?

El asintió.

Róbame el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora