CAPÍTULO 9

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Era el día.
Finalmente y después de tantas veces que la rubia logró esquivar la idea de volver a ver a Alex y su banda, ahora estaban destinadas a volver a cruzarse por disposición de Red y por exigencia de Zelda que volvía a expresar su inconformidad y lo harta que estaba de la situación que, a pesar de que había pasado ya un mes desde que Alex prometió cambiar, no había sucedido nada, incluso ahora decía que la situación era peor que antes, pues la pelinegra estaba descontrolada todos los días.

Ellas eran uno de los máximos clientes para "Reznikov Asociados", por lo que incluso para la reunión, la misma Red ordenó poner una mesa de bocadillos estilo desayuno dentro de la sala de reuniones en la que las había convocado, y fue la misma Piper quien se encargó de acomodar todo en orden para que luciera bien y fuera apetecible para las mujeres.
La rubia jamás había hablado con todas ellas, y aunque las había visto en imágenes de internet, no tenía idea de cómo eran en realidad.
Sabía bien que la banda estaba conformada por cinco impresionantes mujeres, cada una con sus rasgos únicos, lo que la dejaba ver la facilidad con la que encajaban con todos sus seguidores que podían de alguna forma sentirse identificados.
Estaba Zelda que era como una barbie pelirroja, a pesar de ser una rockstar su gusto por la moda era incuestionable. Siempre lucía impecable, con esos vestidos o faldas cortas que resaltaban su figura, acompañadas siempre de la clase que la distinguía hasta en sus movimientos elegantes como los de una gacela.
También Nicky era otra parte importante, y aunque era otra pelirroja ella era completamente diferente a Zelda, claro que era guapa, pero su estilo era un poco más extravagante y atrevido. Ella parecía mitad David Bowie y mitad cabello alborotado de Janis Joplin. No la había tratado mucho a decir verdad, pero la había escuchado hablar un par de veces y parecía bastante graciosa, seguramente era el carisma del grupo, pues también vio una vez lo mucho que le gustaba charlar y convivir con los fans con tanta facilidad.
En la banda también figuraba la bajista María Ruiz quien era hispana. Sus rasgos eran más gruesos que los de las otras, pero tenía lo suyo. Su hermosa piel color canela era un distintivo entre las demás, eso sin contar que su rostro era siempre como si tuviera la actitud suficiente para aplastar a un camionero fornido, y llevaba el cabello negro y lacio muy bien cuidado y largo. Piper pensaba que lo tenía así para hacer el famoso headbanning que solía hacer mientras estaban en el escenario, lo cual la hacía recibir aplausos y vitoreos de la multitud.
La baterista, Boo, de quien recientemente se había enterado que su nombre real era Carrie Black, era la más regordeta de todas. De cabello oscuro y ojos claros de un verde casi grisáceo. Su fuerte era enganchar a las chicas, pues era toda una semental, o eso había leído de ella. Llevaba tatuajes en los brazos y una sonrisa galante y sugerente a donde quiera que miraba. Su cabello corto la hacia lucir más al estilo tomboy, y aunque no era su tipo, Piper entendía por qué causaba tanto revuelo entre las mujeres.

 Y luego, como la cereza del pastel, estaba Alex Vause. Con ese porte pálido digno de un vampiro perfecto de historia de terror, los ojos verde aceituna tan hermosos como la rubia jamás había visto otros, con esas gafas gruesas de armazón negro que la hacían lucir más culta de lo que en verdad Piper la percibía, y ese lindo cabello negro y largo que parecía tan dócil contrario a todo en ella.
Su andar felino era una de las cosas más atractivas de ella, algo así como una verdadera carnada para los demás, pues aunque sabías que probablemente era peligrosa, había algo que te hacía querer ir con ella a cualquier sitio, y Alex lo sabía bien. Por eso es que solía usarlo a su favor.
Alex era la que más conflicto le causaba, pues aunque en realidad solo había hablado con ella y con Zelda, le parecía que la pelinegra era demasiado ruda y grosera, por lo que esperaba que el resto de sus compañeras de la banda no fueran así.

Tocaron a la puerta y Red en seguida les dio el pase. La primera en entrar fue Zelda, quien caminó directo a Piper para saludarla con un cálido beso en la mejilla y mostrando verdadera emoción por verla de nuevo.
Su sonrisa era brillante y las mejillas de Piper fueron las primeras en percibirla, seguida por las risitas de sus compañeras que no dejaban de bromear por la urgencia de la pelirroja de volver a ver a Piper.
Mientras la mujer decía algo a Red sin dejar de sostenerle el antebrazo a la rubia, esta no pudo evitar dirigir su mirada a la última persona que cruzaba la puerta después de Nicky.
Ahí estaba ella, con unas ojeras enormes y un gesto de molestia que la hacía lucir un tanto más peligrosa de lo normal. Piper pasó saliva, quería saludarla pero en un intento de evitar ser rechazada, se tragó sus palabras, comprobando en la mirada de la misma Alex que no quería que nadie se le acercara.

LOVE HER MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora