CAPÍTULO 15

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Piper trató de calmarse una vez que cerró la puerta dejando a Alex marchar por el pasillo, aunque no pudo dejar de acariciarse los labios aún hinchados por aquellos increíbles besos que la guitarrista le había dado con tanta pasión.
Se recostó en la cama y trató de regularizar su respiración, pero justo en ese momento estaba comenzando a tener un ataque de pánico en el que las palabras de la pelinegra resonaban como los repiqueteos de una campana en una muy alta torre.
Se repitió a sí misma que había hecho lo mejor, porque de otra manera seguramente que las cosas se habrían descontrolado más, sobre todo si ella seguía ese instinto de llevar consigo a Alex dentro de su departamento en el que no había estado nadie más a parte de ella y los tipos de la mudanza, ni siquiera Polly.

Polly.

El recuerdo de su mejor amiga atravesó su cabeza como una ráfaga de aire helado, y no es que la hubiera olvidado, solamente que no había tenido mucho tiempo libre últimamente para verla o hablar con ella, y dados sus sentimientos confusos sobre Alex, tampoco había querido decirle lo que sucedía en cuanto a lo grosera que la guitarrista se comportaba o los arranques de celos que la rubia había estado sintiendo como respuesta a las interacciones de Alex con otras mujeres, así que simplemente había querido dejar de lado un poco a su mejor amiga en esos temas hasta no tener algo conciso que decirle respecto a lo que le sucedía con esa rockera que, como última información que le había dado, sabía que Piper había perdido su empleo por apostar que se comportaría.
Le había contado respecto a Zelda y a su invitación a salir, con lo cual la castaña estaba incluso más emocionada que la misma Piper, así que ella pensaba que era algo bueno.
Se incorporó en la amplia cama de sábanas frescas casi sintiéndose mareada y luego de recobrar el equilibrio se giró hacia su buró. Bebió un poco de agua mientras tomaba el celular con una mano temblorosa y localizó el contacto de su mejor amiga.
Uno... dos... tres timbres y al fin respondió adormilada.

— ¡Santo cielo, Piper! — dijo agitada. — ¿Te encuentras bien?

— La besé.

— ¿Qué? — alarmada Polly se incorporó de inmediato. — ¿De qué estás hablando? ¿A quién?

— No quería involucrarte en esto, traté de evitar mencionarla contigo porque sé tu postura en cuanto a ella, pero parece que entre más grosera, desobligada y tonta se porta conmigo, más se revuelven mis sentimientos y verla ahí, con esa mirada de cachorrito perdido disculpándose y diciéndome que se preocupa por mí... Simplemente me tomó con la guardia baja y cometí esa estupidez.

— Wooooah... Cálmate, no estoy entendiendo. Primero, y por favor, dime que no es quien estoy pensando. — Piper pasó saliva.

— No sé lo que hice... Yo solo... Alex estaba tocando a mi puerta y...

— ¡¿Besaste a Alex Vause?! — la voz de Polly sonó con la fuerza de la sirena de un camión de bomberos haciendo que la rubia se sintiera aún peor.

— Sí... Joder, sé que es terrible, pero yo...

— ¡Dios, Piper! ¿En qué estabas pensando?

— Ese es el problema, Pol... Yo no estaba pensando, ella vino a casa y yo estaba adormilada, así que no pude controlar el sentimentalismo que me atrapó al escuchar lo que decía y la besé.

— ¿Qué rayos te dijo? ¿No te forzó a nada? Porque si esa mujer quiso sobrepasarse contigo entonces...

— N-no... — admitió con vergüenza. — Ella no hizo nada, fui yo la que se acercó a besar sus labios.

— ¿Y eso ahora ha cambiado algo? Es decir, sigues aborreciéndola, ¿no es cierto?

— No lo sé... — se lamentó limpiándose las lágrimas de frustración que comenzaban a bajar por sus mejillas. — Me he estado sintiendo a punto de explotar todos estos días, cuando la veo interactuar con otras, cuando escucho lo galante que se porta con las demás personas, cuando solamente me hace insinuaciones de que estará con alguien más... Yo simplemente no puedo soportarlo.

LOVE HER MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora